REFLEXIONES SOBRE ETICA Y ESTRATEGIAS
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación
Aisén Reserva de Vida.
Entre lo más novedoso e interesante de la semana pasada seguramente
esta el Seminario “Ética y Estrategias en Conflictos Ambientales” organizado
por la Comisión
de Justicia y Paz del Vicariato Apostólico de Aysén, con el protagonismo de
dirigentes de organizaciones territoriales nacionales, mapuche y argentinas.
De todo lo que captamos en esa ocasión, nos quedaron hartos
aspectos como para reflexionar y comentar. Entre estos están el tema del poder
ligado al dinero y la política, con el subsecuente saqueo de recursos, en lo
que se definió como una guerra. La verdad es que además escuchamos harto
lenguaje bélico. También hubo la habitual culpabilización al capitalismo, que
por cierto la tiene, aunque vale recordar que en el socialismo real soviético y
el comunismo (hoy harto capitalista) chino no hay mucha diferencia en mas de
algún aspecto de la ética predatoria,
contaminante y abusadora. O sea, no es cuestión de cambiar un imperio e
ideología dominante por otra.
Otro tema que nos suele llamar la atención es aquel de la
desconfianza y consecuente exclusión. Esto principalmente con los políticos. Pero
también escuchamos nombrar a “las ONG” (organizaciones no gubernamentales) y
seguramente habrán otros en la “lista negra”. Y en cuanto al tema de la
democracia en la base y reforzar la acción y poder en las comunidades, no
podemos estar más de acuerdo. Y en eso hay mucho por hacer.
En cuanto a lo de la guerra, esta claro que esa es una
lógica que no solo es consustancial al sistema neoliberal, vale recordar que en
las “crueles leyes del mercado” (como las definía P. Aylwin) la lucha es a
muerte y los débiles suelen terminar perdiendo. Y no es la única ideología y
sistema que se sustenta en ese modus operandi. Por desgracia, la lógica de la
guerra suele permear nuestras estrategias y hasta el lenguaje; por ejemplo,
cuando definimos a otros como “el enemigo”. Evidentemente entablar una guerra con
el sistema dominante que tiene todo el poder, inclusive aquel de la armas, es
bastante suicida. De ahí que más vale utilizar otras estrategias. Claro, en eso
hay que ser más ingenioso y creativo y es harto mas complicado. Por cierto en
la estrategia de la no violencia activa,
muchas veces, como le sucedió a Cristo, Gandhi, Luther King y tantos mas, uno
debe estar dispuesto a sufrir las consecuencias de la violencia del sistema
imperante. A veces también toma mas tiempo lograr resultados. Es la fuerza del
agua versus o en vez de aquella del fuego. La cuestión es que la lógica de la
guerra implica la espiral de la violencia y llegar hasta a matar al enemigo.
¿Es válido asesinar a hermanos, por mas equivocados que puedan estar, inclusive
muchas veces aquellos indefensos, para conseguir nuestros objetivos? Otra cosa
harto diferente es ser mártir de la violencia.
En cuanto a la desconfianza y exclusión, aquella con los
políticos es bastante comprensible, pero no logramos entender la lógica de
excluir a las ONG. Eso, porque las organizaciones comunitarias y territoriales también son “no
gubernamentales”, o sea ONG. La verdad es que, además, esto tampoco es
coherente con el llamado a la unidad que se hace. La lógica de la exclusión,
solo sirve para dividir y quedarse solos. Si bien debe haber mas de algún
motivo para desconfiar de alguna ONG y de muchos políticos, las
generalizaciones nunca han sido buenas y si queremos cambiar el mundo y
situaciones particulares de injusticia, abuso, saqueo y depredación, no nos
queda otra que tratar de trabajar con quienes no son de nuestra esfera
inmediata o no comulguen con nuestros ideales. Por supuesto, esto implica tomar
resguardos. No es llegar y entregarse con “los pantalones abajo”. La cuestión
es utilizarlos a ellos y no que ellos nos utilicen a nosotros. O al menos tener
un trato igualitario y digno. Para eso es necesario tener siempre claro cuales
son los intereses y roles de cada cual. Si bien a los políticos les interesa el
poder del dinero para financiar sus campañas, también necesitan de nuestros
votos. Y con las ONGs de las que se desconfía, pasa algo parecido. Por ejemplo
en las campañas “Aisén Reserva de Vida - No Alumysa” y “Patagonia sin Represas”,
convivimos e interactuamos lo mas bien durante bastante tiempo ONGs de todo
tipo, sindicatos, fundaciones, gremios empresariales y mas de algún político.
Eso, juntos pero no revueltos y por cierto también con mas de algún lío. Y
conseguimos resultados que están a la vista y a la postre eso es lo que vale.
Tal vez, además de esos logros, también
debiéramos ocuparnos mas en fortalecer nuestras organizaciones de base y
comunitarias. La verdad es que harta falta hace reforzar la participación
ciudadana y democracia desde abajo, en vez de esperar todo de “nuestros representantes”
elegidos cada cuatro años y de los cuales nunca se sabe hasta donde son confiables.
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