HUMBOLDT
Peter Hartmann. Director CODEFF Aisén,
Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
¿Le suena Humboldt? Seguramente le parecerá
conocida la corriente marina de Humboldt que emerge frente a Chile dirigiéndose
hacia Perú. Pues, ese apellido es el de Alexander von Humboldt, (1769 – 1859) investigador
de naturaleza, sabio universal, diplomático, ministro, reformador educacional,
fundador de universidad, prusiano, quien por lo demás no se consideraba un
científico. Y la corriente aquella no es lo único que recibió ese nombre,
también hay numerosas montañas, ríos, animales, plantas y hasta un “mare”
lunar. Sin duda, Humboldt era de las personalidades más importantes de su época
y su legado perdura hasta hoy, siendo fundador del pensamiento actual. Además,
es necesario reconocerlo como un héroe y
precursor del movimiento ambientalista.
Hace unos días leímos que en junio pasado
se celebraron los 250 años del nacimiento de este sabio (un error ya que faltan
dos años), lo cual se sumó a que casi en esos mismos días la amiga Lilli Schindele
nos había prestado y recomendado el libro “Alexander von Humboldt y la invención de la
naturaleza” el cual luego también encontramos en edición española. De ese excelente
libro que leímos en alemán, escrito originalmente en inglés por Andrea Wulf, ya
nos habíamos enterado antes, al haber sido todo un acontecimiento en Alemania. Y también
descubriríamos en ese artículo celebrador del director del Instituto
Profesional con ese nombre, que Humboldt además es famoso por su herencia
educacional, consistente en promover el pensar independiente y aprender descubriendo.
Humboldt fue contemporáneo de Napoleón y amigo e influencia de los libertarios Bolívar
y Jefferson. A su vez era seguidor de Kant (“la naturaleza se debe sentir” y
“en el estudio de los detalles nunca dejar de perder de vista la totalidad”) y amigo
de J.W. Goethe quien a causa de esas conversaciones concluye que el universo se
refleja hasta en el detalle más pequeño de la trama de la vida y que en todo
está presente la naturaleza. También sus valiosas publicaciones y trabajo
fueron la base para los descubrimientos y obra de Ch. Darwin, G. Perkins Marsh,
E. Haeckel, el poeta escritor H.D. Thoreau y el activista ambiental J. Muir. Y
por supuesto a quienes les sucedieron años después. Si bien a Humboldt, un holista
y empedernido trabajólico siempre sediento de conocimiento, le gustaba estar en
el ambiente motivador de los eruditos parisienses de esa época, necesitaba el
financiamiento de su rey prusiano, por lo cual se veía obligado a la vida de
palacio en Berlín, donde con el tiempo se dedicó a armar y dictar cátedra en la
primera universidad de esa ciudad. Universidad que luego sería de gran
importancia, al punto que ahí estudió el sabio geógrafo Hans Steffen. Por lo
demás, si bien le entusiasmó el espíritu reformista y libertario de la
revolución francesa, le pareció nada de bien la voltereta al absolutismo de
Napoleón. Algo parecido le pasó con Bolívar de quien no le pareció bien que
terminase convirtiéndose en dictador. En el caso del presidente Jefferson,
quien era la parte del espíritu arraigado a la tierra y agrícola del nuevo
Estados Unidos y que advertía contra los políticos ligados al comercio y los negocios,
no le perdonaba que la grandeza de esa nación se fundase en el trabajo de los
esclavos.
Si bien el espíritu experimentador y
descubridor de Humboldt venia de antes, fue su viaje de más de tres años, con
el botánico A. Bonplant, por Venezuela, una expedición donde llegaron hasta la
naciente del Orinoco, para proseguir luego por la cordillera hacia Colombia y
Ecuador, donde escalaron el Chimborazo (en ese entonces considerado la montaña
más alta del planeta) y Perú, para luego pasar por México, el Caribe y EEUU de
NA, el que lo hizo sacar aprendizajes de todo lo que investigaba. En el libro
que publica sobre esta expedición, aparece por primera vez el concepto de naturaleza
y de que todo está interrelacionado. Esto que hoy en día podría ser más o menos
lógico, en ese tiempo cartesiano lo era para nada. De hecho aún hoy hay quienes
se niegan en aceptar y comprender esta realidad. Igualmente se considera a
Humboldt como primer ecólogo e inventor de la ecología.
Entre otros logros de Humboldt, el mayor
parece ser el haber hecho entendibles y populares las “ciencias naturales” y su
aporte de visión de mundo, integral, holística e interdisciplinaria y de la
naturaleza como red global. Notable es igualmente su pensamiento de que “el
mundo exterior solo existe si lo aceptamos dentro nuestro”. También, el que
todo acontecimiento social, económico y político se encuentra relacionado con
las causas y problemas ambientales mundiales, lo cual sigue siendo
absolutamente actual. De hecho ya en esa época, hace doscientos años, Humboldt
ya advertía sobre el cambio climático a causa de la “estupidez humana al
interferir el orden natural.”
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