ÁREAS MARINAS “PROTEGIDAS” DE AISÉN
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación
Aisén Reserva de Vida.
Con incentivo del Estado chileno, en las décadas del 30 al 50
del siglo pasado se destruyó buena parte
del bosque y suelo de la Región de Aisén, lo que posteriormente, junto
con sus consecuencias, fue considerado el peor problema ambiental de la región.
Sin embargo, con el boom pesquero y la industria salmonera, nuevamente con
incentivo del Estado y sin el menor aprendizaje, desde 1980 se está destruyendo
ahora la vida del mar aisenino. Y cuando alguien a sabiendas incentiva la
destrucción del suelo y la vida terrestre y el mar y la vida marina de su
patria y planeta: ¿Qué es? Y cuando más
encima le echa la culpa a los pobladores o pescadores que no tienen como saber
lo que hacen, mientras cómodamente recibe su cheque de sueldo mensual del
Estado: ¿Qué es?
Si bien, quienes actualmente vivimos en la región poca
injerencia tuvimos en la época de los incendios, sí hemos sido testigos de la debacle
de una de las tres valiosas zonas estuarianas y de archipiélagos del planeta, y
al menos nosotros, lo denunciamos desde el principio; aunque en esos tiempos
aun ni se hablaba de sustentabilidad. Y por cierto la depredación del mar
enriqueció a unos pocos y dejo tras de sí una secuela de problemas sociales que
perduran hasta hoy. Detrás de la depredación del mar vino la salmonicultura y
sus malas prácticas invadiéndolo todo. En
aquel tiempo muchos se pavoneaban con
ser el “país primer exportador de salmón del mundo”, de reemplazar la pesca
“colectora” por aquella “cultivadora”, de una “nueva viga maestra de la
economía chilena”. Y lo que vimos, fueron enfermedades y colapso, cesantía,
contaminación, muerte, concentración económica, corrupción y apropiación de
bienes públicos e hipoteca, incluso de áreas protegidas.
Desde el año pasado, junto con Héctor Kol hemos estado
denunciando a decenas de salmoneras
anaeróbicas, ubicadas fuera de su concesión, el uso de plaguicidas contra los
piojos marinos y el “enriquecimiento” con nutrientes de la marea roja. También
hemos estado intentando hacer ver la urgente necesidad de investigar el
“cementerio” de ballenas y peces del Golfo de Penas. Y no hemos estado solos:
hace un año la Contraloría General de la República en sendos informes señaló
que ni la Subsecretaria de Pesca, ni el Servicio Nacional de Pesca y
Acuicultura, habían asumido su responsabilidad de fiscalizar a las salmoneras
en los seis años anteriores.
En estos días se realiza el IMPAC4 en La Serena, un Congreso
Internacional sobre Áreas Marinas Protegidas y Héctor estará ahí, precisamente
para mostrar la incompatibilidad de salmoneras y esas áreas. Y eso porque nos
consta como se comportan esas instalaciones en esos lugares y que a pesar de
nuestras denuncias la institucionalidad responsable del patrimonio marino
nacional nada hace para evitar estos
abusos . En la Región de Aisén contamos con varios tipos de áreas marinas
“protegidas”. Igual o menos “protegidas” aun que aquellas terrestres. Por un
lado, esta aquella declarada como tal por el Ministerio del Medio Ambiente, la
Área Marina Costera Protegida de Pitipalena –Añihue, a la cual se suma el
proyecto de AMCP de Tortel. Además, existe un “Santuario de la Naturaleza”
(Monumento Nacional) en el Estuario de Quitralco. Y luego están las superficies
de mar del Sistema de Áreas Protegidas del Estado, administrado por CONAF. Esto
es, en los parques nacionales Corcovado (coincide con la AMCP Pitipalena), Isla
Magdalena, Queulat, Isla Guamblin, Laguna San Rafael y Bernardo O’Higgins, el
Monumento Nacional Cinco Hermanas y las Reservas Nacionales Las Guaitecas y
Katalalixar. De esas once áreas existentes sabemos que solo cuatro cuentan con
alguna infraestructura, guardaparque o comunidad involucrada en su protección
real y efectiva. De hecho, de la mayoría no se encuentran ni siquiera sus
deslindes en internet y poco se sabe de ellas. Y de tres tenemos antecedentes de
salmoneras en su interior haciendo de las suyas. En el caso del “Santuario”
hace no mucho denunciamos que de las 9 concesiones y salmoneras instaladas ahí,
6 han estado anaeróbicas (colapso ambiental), 7 han tenido SRS, Sindrome
Rickettsial del Salmón (uso indiscriminado de antibióticos), 4 han presentado Caligus (piojo marino, que
lo combaten con plaguicidas) y 5 instalaciones están fuera de su
concesión. En el Monumento Natural 5 Hermanas,
si bien no están dentro, se observa varias salmoneras con problemas en sus
cercanías y que tienen al Fiordo Aisén en franco estado de eutrofización. En la
R.N. Las Guaitecas hemos estado denunciando que en el 2013 hubo 35 centros anaeróbicos y el 2015 12, a su vez
el 2014 había 92 centros con Caligus y
los centros con SRS esos años fueron sobre 100 y hay decenas ubicados
fuera de sus concesiones. Si bien no tenemos los datos exactos, en las
cercanías de los parques nacionales Isla Magdalena, Queulat y Laguna San Rafael
los antecedentes también muestran varios centros anaeróbicos, con SRS y Caligus
y fuera de sus concesiones. Solo hace unos días, una empresa estaba llevando
oxígeno para salvar sus salmones anaeróbicos ubicados en la entrada norte de
esa famosa laguna. Algo parecido a los parques ocurre en el AMCP Pitipalena
–Añihué donde hay tres centros ubicados fuera de sus concesiones (¡permitidas
dentro de esa área!)
Caso aparte es el de Tortel, donde la propia comunidad con
la colaboración de su municipio, de ONGs y cámaras de Turismo regionales y Oceana,
en el 2015, logro evitar se abriese esa zona a la salmonicultura, mientras se
trabajaba en la propuesta de AMCP. Sin embargo ahí, en el sector del Golfo de
Penas y bordes del P.N. Laguna San Rafael y R.N. Katalalixar, están ocurriendo
fenómenos muy extraños, como la muerte de cientos de ballenas Sei, salmones en
wellboat y otros peces, esto aparentemente gatillado por marea roja. Nuestras
sospechas indican hacia causas salmoneras y exigimos investigación acuciosa, la
cual la institucionalidad y universidades nacionales no han estado asumiendo
como en teoría les corresponde.
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