LOS RIESGOS Y EL URBANISMO
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación
Aisén Reserva de Vida.
Las noticias de estos días son las elecciones presidenciales
y sus resultados y lo ocurrido en Villa Santa Lucia a causa de un aluvión. Otro
más. De hecho, el presidente electo lo primero que hace en su discurso es
enviarle un saludo de ánimo a la gente de Santa Lucia.
Sí, otro aluvión más, porque los aluviones y tragedias a
causa de los riesgos naturales son ya parte de las tragedias chilenas y de lo
habitual en nuestra Patagonia. Aparte de una geografía donde estos riesgos son
algo casi normal y a lo que se suma un clima veleidoso, y ahora aún más a causa
del cambio climático, se agrega en que aparecen cada vez más actividades y
obras humanas en este escenario un tanto peligroso. Y eso con una sociedad que
parece desentenderse de su existencia. Porque ¿Cómo se explica que uno de los
dos últimos poblados fundados en Chile hace no mucho, a fines del Siglo XX, con
existencia de organismos estatales encargados de emergencias, riesgos,
geología, con la existencia de universidades y carreras dedicadas a estos
temas, con decenas de profesionales preparados en estos temas, con tecnologías
con las cuales fácilmente se podría estudiar estos riegos y prevenirlos, igual
ocurran estas catástrofes? ¿Es que me van a decir que poner un pueblo en un
lecho de rio en el cual a simple vista se aprecia que ocurren fenómenos de
crecidas extraordinarias, frente a un cono
de eyección y torrente proveniente de glaciar no implica riesgo? ¿Es que al
localizar ese poblado ahí ninguno de los profesionales responsables levanto un
poco la vista o tuvo la asertividad de pedir asesoría de quienes entienden más
sobre la materia?
Y si me atrevo a opinar sobre esto, es porque algo entendemos
del tema y porque en la época de la fundación de Santa Lucia (nombre que es
fácil adivinar de donde proviene) y Villa Amengual, en pleno gobierno del general
Pinochet o dictadura, nos encontrábamos haciendo nuestra práctica profesional
como arquitecto a cargo del tercero de los poblados a fundar a lo largo de la
“carretera”, Puerto Yungay, y algo nos enteramos de cómo surgió Villa Amengual.
Por otra parte, estuvimos en 1977 y 78 en la construcción del Camino
Longitudinal Austral en la Cuesta Moraga tras la muerte de conscriptos a causa
de un aluvión y luego en la primera ascensión del Cerro Yelcho (bautizado por
nosotros) por el ventisquero del mismo nombre (que se aprecia desde el lago del
mismo nombre y desde el puente Ventisquero) y que no son los mismos que ahora
el SERNAGEOMIN denomina Cordón Yelcho. Ese cordón sería la prolongación hacia
el sur desde el Co. Yelcho. La cuestión es que nos consta que el sector es
geológicamente inestable y que ahí siempre hubo riesgos y estos eran
previsibles y prevenibles. También nos consta que en esa época no se daba mucha
importancia a esos aspectos y se actuaba en forma bastante poco seria o poco
ética por parte de algunos profesionales. Más bien importaba avanzar rápido en
la concreción de las tareas impuestas a lo que se sumó la crisis de los años
ochenta, que significó la ausencia de estudios básicos y complementarios. A
tanto, que en Pto. Yungay no contábamos ni siquiera con una topografía del
lugar. Lo mismo nos ocurrió unos años después, trabajando ya en el MINVU con el
loteo de Pto.Bertrand. Vale agregar además, que en esa época el urbanismo quedo
supeditado al mercado y los urbanistas ordenadores territoriales pasamos a ser
personajes sobrantes. En todo caso un urbanista debiera saber de localizaciones
de poblados y de riesgos y desde entonces han pasado varios años y gobiernos
que también pudieron ocuparse de la prevención de riesgos.
Y no solo los urbanistas parecemos estar demás actualmente,
también los especialistas en riesgos y cuando emitimos nuestros informes, estos
suelen ser menospreciados, ahora por las autoridades políticas, como ocurrió en
el caso del Plan Regulador Interurbano de Puerto Aisén – Pto. Chacabuco y el
mapa de riesgos regionales hecho en el mismo gobierno que aprobó el Proyecto
Rio Cuervo en zona de alto riesgo. O como sucedió con el informe de riesgos del
Fiordo Aysén y la opinión técnica del geólogo a cargo sobre el Proyecto Rio
Cuervo, al que a causa de ello le hicieron la vida imposible entre colegas y
las mineras. O como sucedió a los
funcionarios del SERNAGEOMIN que opinaban que ese proyecto era un peligro y
fueron reemplazados en el gobierno anterior para poder aprobarlo. O el geólogo
de ese servicio que encontraba inviable ese proyecto y luego aparece alineado
en la versión oficial de que no hay riesgo.
En todo caso, con esto, el SERNAGEOMIN no queda con la mejor imagen y
menos aun cuando tenían considerada a la Región de Aysén como zona no sísmica,
hasta que el terremoto del 2007 los dejó en ridículo. ¡¿Cómo no iba a haber
sismicidad a lo largo de toda una hilera de volcanes y la Falla Liquiñe Ofqui?!
Aparte que existía literatura sobre sismos anteriores.
En fin, Santa Lucia no es el único poblado amenazado por
riesgos y donde se puede prevenir desgracias. La visita de especialistas a
posteriores no sirve de mucho. ¿O es que dan más rating las catástrofes?
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