LA MINERIA Y EL PARQUE NACIONAL
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación
Aisén Reserva de Vida.
En la columna anterior quedamos en abordar el tema de la
traiciones ambientales de las mineras
vs. el Parque Nacional Patagonia. Mientras tanto, nos enteramos del
lobby pro minera Southern Gold por parte del alcalde Ibarra asociado ahora con
el Senador Sandoval. De paso nos enteramos que la minera, como también el
alcalde, sabían hace rato del parque e hicieron lobby ante el subsecretario de
minería y la gobernadora provincial para evitar que este afecte sus intereses.
Y la actual ofensiva utilizando a los campesinos del vecindario evidentemente es
con el mismo objetivo. Además se rumorea que Mandalay Resources Corp. está
harta de su minera Co. Bayo y tratando de venderla a las dueñas de Southern Gold (las
transnacionales Equus y Terrane Minerals).
Y también leemos sobre que “se constituye mesa público-privada para enfrentar la cesantía en Chile Chico”.
¿Cesantía? ¿Y no son tan buenas y tanto aporte al desarrollo las mineras y
taaaan linda la tradición minera? Que
duda cabe de que el alcalde, entre otros fines, debe pretender solucionar esa
cesantía con más minería, para que en algún tiempo más vuelva a repetirse la
misma historia. ”Pan para hoy, hambre para mañana”. ¿No será hora de buscar una
solución más sustentable? Por cierto que el parque puede contribuir a ello y
diversificar la economía en esa zona. Si bien el turismo aún está en pañales,
ha estado demostrando que puede ser una alternativa. De hecho, en las Capillas
del Mármol la Armada registró 150.000 zarpes el verano pasado, eso implica una
tremenda actividad y potencial en esa zona.
Vale recordar que tanto en el P.N. Torres del Paine como luego en
Pumalín la gente también miraba su protección con recelo y también existían
intereses creados hegemónicos de otros sectores de la economía. ¿Recuerdan la
cantidad de polémica que suscitó Pumalín? ¿Y porque creen que últimamente nadie
reclama? Pues, tanto Torres del Paine como Pumalín se convirtieron en
importantes centros turísticos que mueven la economía en sus respectivas zonas.
Y el turismo no es la única alternativa en una comuna con microclima y suelo
agrícola. Evidentemente la actividad agropecuaria y forestal, el turismo y el
parque nacional pueden convivir tranquilamente. No así con la minería. Y por
algo ésta busca ser hegemónica en el territorio. Por algo, en vez de aportar al
desarrollo y pagar impuestos se gastan sus billetes en hacer lobby bajo la mesa con las autoridades.
Lo otro que llama la atención es que repentinamente algunos se
acordaron de que es necesario involucrar a la comunidad y los municipios en las
decisiones territoriales (en lo que estamos de acuerdo). ¿Acaso, por ejemplo, cuando
se instalan las mineras o las concesiones de mar nacional para salmoneras (esas
que son hipotecadas), algún alcalde o parlamentario ha reclamado? Menos aún los hemos visto haciendo algo para
que estas actividades respeten las áreas protegidas, bien público nacional. ¿Es
que solo están para intereses privados?
Ahora, en cuanto a traiciones ambientales, recordamos
bien ese Estudio de Impacto Ambiental de Fachinal en que aseguraban que la
Laguna Verde es endorreica y no tendría vida por lo cual no importaba que se
filtrase relave hacia ella. Con el tiempo aprendimos que la Laguna Verde si
tenía vida y que no existe estudio para verificar si su agua ahora contaminada que
mato su vida se filtra hacia el Lago Gral. Carrera – Buenos Aires. Esa misma
“agua” que se “filtró” a la mina Delia 2. También aprendimos que la minera hace
y deshace sin que exista el menor control ambiental. De hecho ante denuncias públicas nuestras de
años atrás, fuimos nosotros invitados por la minera al lugar, mientras la
autoridad brillaba por su ausencia. Eran los tiempos en que el Senador Zaldivar
se ufanaba de las invitaciones a USA por parte de Coeur D’Alene. Unos años después, pudimos observar como
pasaban camiones cargados de mineral desde Argentina, sin control (mientras a
los ciudadanos comunes nos revisan
enteros) a concentrar en la planta de
Fachinal. ¿Cuántas toneladas de desechos extra hay con eso, si se considera que
ese mineral tiene solo uno a 5% de metal?
¿Y qué se sabe de la salud y accidentes de los trabajadores de esa
minera? Basta ver como se silenció a los trabajadores sepultados en el lodo. No
hace mucho un vecino nuestro en Coyhaique que trabajaba en El Toqui se tuvo que
retirar con silicosis. ¡Y eso a fines del S. XX con todos los adelantos que
existen en la minería, pero que acá parecen aun no haber llegado! Y por cierto antes era peor: Ahí está el
record nacional de plomo en la sangre medido por el Instituto de Salud Pública
en Pto. Cristal de la Minera Aysén, el que suponemos nunca trascendió a la opinión pública y el rebalse
de relave con plomo abandonado de ese mismo lugar al Lago Gral. Carrera cada
vez que llovía, que denunciamos años atrás, sin mayor resultado. Habría que ver
además como quedaron las veranadas tras la mina de El Furioso. ¿Cuántos “casos”
desconocidos más habrá de éstos de la “tradición minera”?
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