ANTE UNA INSTITUCIONALIDAD INOPERANTE O COLUDIDA Y EL CASO SPHAGNUM
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación
Aisén Reserva de Vida.
No es la primera vez que nos ocurre. Cada vez que nos centramos
en algún tema en específico, no falta quien nos reclame que hacemos nada en
algún otro tema. Así, cuando estábamos en la campaña Patagonia sin Represas
nunca faltaron quienes nos sacaban en cara estar haciendo nada respecto a las
salmoneras. Cuando denunciábamos la explotación insustentable del bosque, nos
querían ver dedicados a los árboles de calle. Y cuando nos dedicamos a la minería, como en
los últimos tiempos, no faltan quienes nos reclaman que hacemos nada respecto
al Didymo o al basural de Chile Chico.
Por otra parte, cuando nos dedicamos al basurero nuclear argentino o a
las pruebas atómicas francesas, sin tocar algún interés cercano, ahí sí que
estaban todos de acuerdo y manifestándose.
También nos ha ocurrido que cuando sí nos dedicamos a las
salmoneras, nos encontramos con que la autoridad nos quiere tener como
cooperadores, en alguna medida haciendo lo que ahí no logran hacer y en lo que
han tenido buena receptividad de parte de algunas grandes ONGs transnacionales
(que no critican). En todo caso, pensamos que al hacer la fiscalización que ahí
no hacen y ocuparnos en defender el medio ambiente marítimo, también
contribuimos en hacer parte de su pega, esa en que tienen serio déficit. Y
también nos ocurrió que cuando conversamos años atrás con un ministro de
Energía, que nos comunicó que la única forma de suplir la demanda de energía
eléctrica nacional era represando los ríos libres de Aisén, tuvimos que ser
nosotros desde el Consejo de Defensa de la Patagonia quienes hicimos lo que ese
ministerio debió haber hecho; revisar y demostrar que había alternativas.
Alternativas que a la larga han cambiado
totalmente la matriz energética y hasta las tarifas eléctricas.
Si bien esto de querer vernos dedicados a otras cosas y solucionando
todo, a veces es para sacarnos de donde estamos “molestando”, también puede ser
porque nos imaginan como super ONG, incluso con poderes mayores a la
institucionalidad, que es la que sí debiera estar dedicada a resolver todos
esos problemas. De hecho, pensamos que esas críticas hacia nosotros, por un
lado dejan en claro que quienes por ley y con recursos de todos los chilenos debieran
estar haciendo ese trabajo, no lo están haciendo y por otro, que si la idea es
que las ONGs colaboremos, al menos debiera haber financiamiento para eso. Una
cosa es contar con fondos hasta para viáticos y desgaste de sus vehículos, como
sucede por un lado y otra con que nos tengamos que conseguir a duras penas
algunos fondos para poder hacer algo de todo eso que quisiéramos, o debiéramos
según algunos, hacer.
Vale recordar además, que es harto cómodo pedirle a otros lo
que cualquiera puede hacer. Si nosotros podemos “participar” llamando la
atención y exigiendo derechos, también lo pueden hacer otros. De hecho la
persona que denunció el vertido de alcantarillado y existencia de Didymo en el
lago en Chile Chico, consiguió su objetivo y logro mover a la autoridad. La ciudadanía tiene mucho mas
poder de lo que se imagina, un poder que desde la institucionalidad esperan les
sea delegado y nos quedemos “tranquilos” (¿les suena eso?). En eso consiste la
democracia representativa. Y después, cuando los “representantes” ni los
servicios públicos gobernados por ellos incumplen con su rol y deberes, no está
demás despercudirlos y tomar la iniciativa. Y hay hartas formas, las cuales
evidentemente son poco conocidas.
Finalmente y apropósito de todo lo anterior ¿Recuerdan la controversia
sobre la extracción de musgo Sphagnum o “pompón”? Pues, gracias a esa
participación ciudadana, finalmente, tras un largo tiempo en que se decía que
había un vacío de regulación, el ministerio de Agricultura emitió el Decreto 25
de agosto 2017, que terminó de ser tramitado en enero 2018. Con eso, para
extraer Sphagnum se requería un plan de manejo cumpliendo algunas condiciones.
Al poco andar y con nuevo gobierno, el lobby de los exportadores de ese musgo
(un tremendo negocio), consiguió que la entrada en vigencia del Decreto fuese
postergada. Mientras, están arrasando con cuanto pomponal pueden y hasta
congelando el musgo. Por nuestro lado, hemos estado denunciando que para
intervenir un ecosistema de turbera, de la cual el Sphagnum es parte, por Ley
del Medio Ambiente (Art. 10 i) se requiere evaluación ambiental; o sea la
institucionalidad sí tenía y tiene herramienta para regular y parar
extracciones. La Superintendencia del Medio Ambiente, por lo que sabemos ha
estado derivando nuestras denuncias a la seremi de Agricultura y ahí un tiempo
se escudaron en el Decreto 25. La cuestión es que hemos estado recibiendo diversos
SOS para que denunciemos la masacre de turberas –tembladeras en varios lugares
de la región. Por lo visto, otra vez la todo poderosa institucionalidad
haciendo agua y pretendiendo que la ONG “criticona” haga la pega o al menos
denuncie un atentado ambiental.
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