¡OTRA VEZ LOS INCENDIOS!
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación
Aisén Reserva de Vida.
Si hay algo que nos angustia son los incendios forestales, y
experiencias tenemos desde niño. Peor
aún, con esto del cambio climático, con records de temperatura y sequía, no está
como para relajarse. Es más, aseguran que los riesgos se incrementaran.
Así es como nos encontrábamos el martes pasado intentando
desenchufarnos, disfrutar algo del verano y dedicarnos a la cantidad de cosas
pendientes en casa, a tanto que suspendimos nuestro programa de radio, cuando
nos aparece en el facebook el incendio al lado de la Capilla del Mármol y al
rato nos llaman desde el Baker, de que en Colonia Sur hay un tremendo incendio
y poco esfuerzo en controlarlo (“llegaron unos militares arma en mano”). Y
claro, de allá esperan alguna ayuda, esa que uno difícilmente puede dar (“Ud.
que tiene contactos”). La verdad es que lo de los contactos lo entendímos
recién cuando una conocida cuenta que “fue testigo de un incendio en la
Patagonia en un predio de una de las familias más poderosas del país y que a
las dos horas ya había varios helicópteros apagando”. Y bueno, en estos casos
de ahora “solo” se trataba de las cercanías de un Santuario de la Naturaleza
–Monumento Nacional y de un lejano y poco poblado valle poco accesible y vecino
al Parque Nacional Laguna San Rafael, que no hace mucho se había salvado de que
lo inundase, al menos en parte, HidroAysén. Vale agregar que en ambos lugares
se trata de esos paradisiacos, con valioso bosque nativo que bien conocíamos,
en los que duele el alma que se pierdan calcinados.
La cuestión es que en el incendio al sur de Tranquilo durante
varios días había una brigada de Conaf mas una Brife del Ejercito, mas los
bomberos locales, más el único helicóptero disponible, que lograron durante
algunos días mantener el fuego bajo la “carretera” que hacía de cortafuegos.
Toda una hazaña. Hasta que la Intendenta
sobrevuela el lugar y constata que ya había bajado la intensidad del incendio.
Unas horas después el fuego cruzo la barrera y se subió por los cerros.
Mientras, el incendio de Colonia Sur, donde también había una brigada de
Conaf con el apoyo de una brigada del
Ejército, el fuego al poco tiempo cruzó el Baker, que debió haberse mantenido
de cortafuego, y unos días después se encontraba en las cercanías de Cochrane.
Recién ahí, a casi una semana y cuando iban 6500 Has. quemadas y mientras en
esa ciudad estaban planificando su evacuación, más el desesperado llamado de
socorro del alcalde, al fin comienzan a llegar suficientes refuerzos y medios
aéreos. Cuando escribimos esto ya van sobre las 10.000 has. quemadas; el mayor incendio a nivel nacional de la temporada. Hasta dan
ganas de creer que demoran a propósito.
Aparte de la lentitud y escasos medios disponibles para combatir los incendios desde sus inicios,
a lo que ya estábamos acostumbrados, esta vez nos llamó además la atención el
cómo el gobierno maneja y controla la
información, al punto que parecían más ocupados en hacerse publicidad, a
bajarle el perfil a la gravedad del problema y a engrosar cifras de los medios
disponibles, en lo cual mostraron sus contradicciones, que de conseguir
realmente los medios que tan urgentemente se necesitaban. Ejemplos hay varios,
aparte del Ten Tanker y el helicóptero ruso que
estaba estacionado en La Junta (¿todos esos días?), del que supimos
hasta cada lugar por donde paso. También nos ha llamado la atención la ausencia
de nuestros parlamentarios que se supone debieran estar fiscalizando y que sí
cuentan con contactos, de hecho los vemos día por medio fotografiados con algún
ministro. En esto, recordamos cuando D. Sandoval daba cátedra de cómo había que
apagar el incendio en Valle Chacabuco y como Tompkins era culpable de todo.
La verdad es que tras el incendio en Valparaíso del 2014 se
nota más preocupación, más rapidez y
disponibilidad de medios para combatir incendios. Y tras los mega-incendios
forestales del centro –sur del verano 2017, más la acida crítica que se le hizo
al gobierno anterior por su manejo de la situación, se esperaba mayor
aprendizaje, mayor capacidad de reacción y mayores medios. Eso a lo mejor
ocurre en el Chile de las forestales, pero acá por lo visto aún falta mucho y
“el que apura pierde el tiempo”.
Por nuestra parte pensamos que necesitamos contar con mayor
prevención y eso no solo en lo cultural (educación y cultura de cuidar y apagar
fuego, terminar con los roces), sino más aun en una adecuada red de aviso
instantáneo de incendios (radios en lugares alejados) y de reacción instantánea
para apagarlos con medios descentralizados y sacándole provecho a los recursos
existentes (en el caso actual, el lago con más agua y el rio más caudaloso del
país; si en el lugar hubiese habido bombas hidráulicas potentes al principio en
manos de los vecinos, se podría haber apagado fácilmente). Igual, si hay medios
aéreos al principio, seria aun factible apagar. Los amagos de incendio de los
últimos días en Coyhaique, apagados rápida y eficientemente por bomberos antes
que se expandiesen, son un buen ejemplo de que lo que queremos decir.
Por último, vale recordar que como país tenemos un
compromiso en aumentar la superficie, plantar y restaurar bosque ante el Cambio
Climático, y estamos viendo lo contrario. En la región, las cifras de
reforestación han bajado prácticamente a cero, De restauración tras incendios,
mejor ni hablar.
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