PROBLEMAS GLOBALES DECISIVOS AYER Y HOY
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén,
Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
Mientras preparábamos nuestra ponencia
contextualizadora para el taller
ambiental -legal de este martes 28 y ante los anuncios de que así como van las
cosas en pocos años nos encontraremos en una situación irreversible de cambio climático catastrófico y de
extinción en masa, recordamos nuestro “Diagnostico de la Situación Ecológica de
la Región de Aysén” de 1989 y el listado
de Problemas Ambientales XI Región de la
Comisión Nacional del Medio Ambiente de 1991.
Lo primero que nos llama la atención, es como esas noticias
cruciales para la sobrevivencia sobre el planeta de las últimas semanas, también
para y tal vez la especie que más arriesga, la humana, a pocos les importaron. Más importante
evidentemente en esos días era la
sobrevivencia de la dinastía británica de los Windsor y el final de Juegos de
Tronos, aparte de otra “chimuchina”
nacional. En segundo lugar, en ese diagnóstico de hace 30 años ya aparecen esos
“problemas globales decisivos para la
sobrevivencia”, y que en todos estos
años solo han logrado crecer en algo cada vez más decisivos. Y por lo visto,
los humanos hacemos poco o nada para cambiar eso mientras no nos afecte directa
y dramáticamente. En ese diagnóstico,
además de mencionar los problemas ambientales regionales, al final, junto con
identificar los problemas globales, también mencionamos en lo regional el
problema “cultural y conciencia” y “contaminación cultural y alienación” en lo
global. Y la verdad es que ahí está el meollo de todo, dentro nuestro, dentro
de nuestra forma de ser, en nuestro fundamento ético, en nuestra forma de ser
civilización, lo cual de no cambiar, es casi imposible se arregle lo demás. Ni
por milagro, ni por arte de magia tecnológica, ni menos aun porque nos hagamos
los desentendidos, como lo estamos haciendo ya por décadas.
Ya en ese entonces en ese diagnóstico
aparecen con detalle los problemas regionales
de la erosión, la sobreexplotación de especies marinas, extinción de especies
(terrestres), quemas y uso ilegal y destructivo de Parques Nacionales,
introducción de especies sin estudios, escasez de áreas verdes urbanas,
contaminación de mineras, del agua, solidos (basura) y del aire. O sea, ya hace
30 años hacíamos ver problemas que hoy
en día nos abruman. A su vez, en el listado
de CONAMA, al que se llegó con un trabajo en el cual participaron alrededor de
40 especialistas (gran aporte de CONAF) dominan los problemas relativos a y de
consecuencia de los incendios forestales de la colonización y el mal manejo posterior
de la ganadería. Aunque también aparece ya, en 3er lugar, la sobreexplotación
de especies marinas y del 10° lugar en adelante
problemas de contaminación de ríos, mar y lagos por ciudades, industria y minería. En todos estos años, mientras pasábamos de
colonia nacional a frontera del desarrollo transnacional, también hemos
aprendido que en estos problemas suele ser el Estado quien los promueve y luego
hace de espectador, y que, si bien hemos tenido algunos políticos “verdes” de
excepción, estos suelen ser aliados de este mal-desarrollo con sus empleos a
corto plazo, igual que las próximas elecciones. Eso, si no están metidos en el negocio. Sustentabilidad cero. Y
al final, es la ciudadanía organizada la cual tiene que estar fiscalizando, cuidando
la “patria” y la vida, proponiendo soluciones, mientras sus “representantes” y
gobiernos abiertamente desprestigiados, suelen estar cómodamente (e irresponsablemente) al lado del dios
dinero. Porque así como están las cosas,
la disyuntiva ética parece ser, estar al lado de los adoradores del “becerro de
oro” y sacarle el jugo a la Tierra antes
que se acabe, o de cuidar la vida sobre nuestro planeta, de lo cual
evidentemente nuestra mega- propuesta regional Aisén Reserva de Vida es parte y
ejemplo hacia donde debiéramos emprender
rumbo.
Así como están las cosas, ya no solo se
trata de estar en campaña contra represas, salmoneras o mineras, sino tener
claro de que lado estamos y que el
problema va más allá de una u otra
campaña y esto ya pasa bastante más allá de partidismos, izquierdas o derechas,
intereses particulares y corporativos, sino que está en juego la vida sobre el
planeta y nuestra permanencia sobre este.
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