¡SIN
REPRESAS!
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén,
Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
Dos acontecimientos de la semana pasada
incitan para estas letras. Y en ambos tienen que ver las sin represas.
El primero, que nos alegró mucho, fue la declaración por decreto del
Santuario de la Naturaleza Meullín – Puye. Claro, este nombre seguro le dice
nada y por eso vale hacer presente que se trata nada menos que de la cuenca del
famoso Río Cuervo, lagos Meullín, Yulton y lagunas Caiquenes incluidos. También
el Río Maca y los faldeos de los volcanes Maca, Yulton, Meullin y Cai y los
extensos y valiosos bosques y humedales de sus planicies. También, el hogar de
la Ranita de Darwin, el Huillín, la Peladilla y unos puyes bastante extraños,
que desovan en el Meullin y no en el fiordo como suelen hacer. Y un sin número
más de especias valiosas de flora y fauna y ecosistemas prácticamente intocados
y de alto valor. ¡Y un paisaje de lo más hermoso de Chile! Detalles sobre este
tema y el que esta iniciativa estaba en trámite los escribimos en octubre pasado (https://www.aisenreservadevida.cl/2019/10/rio-cuervo-santuario-de-la-naturaleza.html),
y ahora solo queda por felicitar a la Fundación Kreen por el regalo a la Madre
Tierra ¡y a todas y todos quienes defendieron esta opción durante veintiocho
años, de megaproyectos y funcionarios y políticos hipócritas!¡Vestir ropa ajena
ahora tampoco es muy ético que digamos! ¡Y la celebración de tamaño
acontecimiento no se dejó esperar y fue con unos notables “fuegos naturales” y
estruendo el viernes en la noche!
El segundo acontecimiento es triste; la
cabalgata desde Cochrane al mas allá del gaucho Rosendo Sánchez. El cómo se
conocieron y la vida de Rosendo con su luego esposa Lilli Schindele dan como
para una novela. De hecho, alguna vez vimos un lindo reportaje sobre esto en
una revista alemana. En resumen: Los hermanos de Lilli años atrás venían a
escalar a la Patagonia y durante largo tiempo en su casa en Baviera este era
tema principal. Lilli se contagió y vino a recorrer la famosa Patagonia a lomo
de caballo. En eso se accidento y fue a parar donde Vreni Schäfer en el Lago
Cochrane. Rosendo trabajaba en el campo vecino, se conocieron y enamoraron, se
casaron y tuvieron dos hermosos hijos; Bernardo y Lorena. Con la ayuda de los
padres de Lilli compraron un lindo campo en el Ñadis con el Baker, su paraíso.
Pero, no todo podía ser tan lindo en este cuento, porque en este no falto el
monstruo. Así apareció HidroAysén y les convirtió la vida en un infierno, con
helicóptero en vuelo rasante por sobre su casa, estres, noticias alarmantes y
presiones constantes de seres malignos para que vendieran. Ni hablar de
derechos de agua rechazados y funcionarios públicos corruptos. Una época para
el olvido y que dejó huella. En esa época, mientras Lilli era de las
principales y la tal vez mas valiosa campañera en Cochrane, a Rosendo “los
ambientalistas le caíamos pésimo, porque había recibido un volante llamando a los
campesinos a “dejar de puro tomar mate” y participar en la “cabalgata Patagonia
sin Represas” y se sintió ofendido porque el trabajaba duro, lo cual era
cierto. La cuestión es que los autores del panfleto eran sus vecinos del
Espíritu de la Patagonia, y nosotros ni lo habíamos visto. Con el tiempo se le
paso el enojo y por nuestra parte aprendimos, que si bien Rosendo era un gaucho
mañoso y no muy sociable (odiaba que multitud de reporteros, abogados,
campañistas y estudiosos atraídos por la campaña le “robaran” a Lilli y le alterásemos la vida), lo comprendimos y
aprendimos a estimarlo en su polifuncionalidad, capacidades y talentos y
amistamos mientras íbamos de vez en cuando al Saltón y Paso San Carlos. La
verdad es que Rosendo, además de ser un excelente y multifacético campesino,
también era un buen albañil y carpintero, con una innegable veta artística que
se puede apreciar en sus obras. Entre
estas, la restauración de la capilla de Los Ñadis; mientras otros marchaban o
recurrían a tribunales, él tuvo su propia forma de manifestarse y buscar apoyo.
Sin lugar a dudas Lilli y Rosendo fueron de los pocos que se mantuvieron firmes
en la primera línea en el Baker, lo cual fue muy importante para la campaña y
para que finalmente el monstruo se retirase con la cola entre las patas. Y
claro, eso tuvo sus costos y ellos evidentemente deben haber sido quienes mas
festejaron el fin de las represas en el Baker. Hace unos dos meses le
diagnosticaron a Rosendo cáncer hepático, que ya estaba con metástasis y ya
poco se podía hacer. De lo último que supimos de él, es que ya se veía
cabalgando y con unos indios (¿Winnetou?) en un lugar hermoso con aguas
cristalinas y que tal vez por eso lo enterraron con las botas puestas. Desde
allá ¡seguro, seguirá cuidando de su hermosa familia y su amada Patagonia sin
represas!
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