EL MAGALLANES HISTORICO
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación
Aisén Reserva de Vida.
En estos días en Chile se escribe historia con un plebiscito
y democracia participativa para redactar una nueva Constitución. Y si bien todos los días se hace y escribe historia,
la semana pasada se conmemoraba otro importante hecho histórico, los quinientos
años del descubrimiento por los europeos del hoy denominado Estrecho de
Magallanes. Y también la primera vez que los europeos ponían pie en el
territorio del Chile actual. La historia depende de quien y como la escribe ¡y
si escribe! Y de como ajustan a gusto, conveniencia o ignorancia los hechos,
también los inexistentes.
Y con eso ya nos encontramos con las típicas contradicciones
en nuestra historia nacional, porque con esto el “descubrimiento” de Chile por
Diego de Almagro queda desplazado a varios años después. Y eso de los
descubrimientos, también el del estrecho, es una visión eurocéntrica, como
tantas otras de la historia americana, ya que evidentemente los españoles y
portugueses y Pigafetta, el cronista italiano de Magallanes, no fueron los primeros
humanos en conocer y navegar ese estrecho. Ahí estaban ya, miles de años antes,
quienes llegarían a ser los Aonikenk, Selknam, Kawésqar y Yaganes. Por cierto,
Almagro tampoco descubrió un país despoblado, de hecho ingreso a Chile por el “Camino
del Inca” construido por éstos y los pueblos lugareños. Así con la historia,
esa en que también se nos enseña que Colón descubrió América, en lo que a estas
alturas ya sabemos que ni siquiera fue el primer europeo. También aprendimos en
el colegio que Chile deslinda por el oriente con la Cordillera de los Andes;
cuando hace algún tiempo les explicabamos a unos estudiantes de arquitectura
que eso era mentira, nos miraron con cara de “este está loco”, pero resulta que
en la Patagonia en largos tramos Chile no tiene su frontera oriental en la
cordillera esa, lo cual para los chilenos es practicamente desconocido.
La historia del “descubrimiento” del Estrecho de Magallanes
también esta un tanto confusa y alterada. Resulta que Magallanes y su flota de
cuatro barcos que le quedaban, tras un largo viaje de siete meses por el
Atlántico y un naufragio en la desembocadura del Santa Cruz, habían arribado y decidido
a pasar el invierno en la bahía bautizada por ellos como San Julián, con varios
trastornos como un motín y también el primer encuentro con los “patagones”. En
eso también hay contradicciones, alguno afirma que se encontraron con unas
grandes pisadas y vieron a lo lejos unos gigantes y que de ahí vendría lo de
pata-gon y el mito de los gigantes patagonicos. También se afirma que vieron en
la playa a un indígena cubierto de pieles y grandes tamangos que les llamaba la
atención bailando y tirando arena al aire. Mientras otros afirman que “Pathagon”
era un personaje gigante y peludo de la novela “Primaleon” que venían leyendo a
bordo y creyeron verlo a lo lejos. También se afirma que los navegantes
tuvieron encuentros con mas de esos lugareños y que se habrían llevado engañados
a algunos prisioneros para mostrarlos en España. En todo caso, según Martinic,
1995, durante el cruce del estrecho no tuvieron contacto con los nativos, lo
cual ocurrió recién siete años después al encontrarse el clérigo Juan Areyzaga
de la expedición de García Jofré Loayza con un grupo Aonikenk. ¿Y habrán
avistado canoeros? Por cierto, la aparición de los europeos ahí, también fue un
hecho histórico para los nativos. Desde ahí en adelante su vida cambiaria
abruptamente y a varios pueblos los llevaría a la extinción.
Tampoco fue el 21 de octubre el descubrimiento del estrecho
en sí. Ese día de Santa Ursula el piloto Francisco Albo descubre el Cabo de las
(once mil) Vírgenes y una entrante de mar que llevo al desembarco de Juan
Carvallo en lo que hoy es la bahía Posesión. O sea, ese día (¿21 o 22?) los
europeos ponen por primera vez pie en Chile. Salvo que se considere que en
aquel entonces San Julián aún era territorio del Reyno de Chile. En los días
siguientes se encomendó a dos naves explorar la entrada de mar, en lo que en un
temporal encontraron las dos angosturas del estrecho. Mas adelante, en lo que
es hoy Fortescue, se hace el hallazgo definitivo del cruce y se envía a
explorar la salida del laberinto. Eso debe haber sido el primero de noviembre, porque Magallanes denomina al estrecho como de
“Todos los Santos”. Años después se cambiaria el nombre a su “descubridor”.
Igual se dice que Magallanes llamó “Tierra de Humos”, porque desde a bordo
veían estos en la orilla sur del estrecho, al territorio que luego sería
rebautizado a Tierra del Fuego, que suena mas bonito. La Tierra del Fuego, por
lo demás, es la isla mas grande del continente americano. El cruce del estrecho les tomaría treinta y
siete días hasta Cabo Pilar en la salida al que Magallanes bautiza como “Mar
Pacífico”. De ahí la flota, ahora de tres barcos (uno había desertado con buena
parte de los pertrechos) enfila hacia el norte pasando frente a lo que hoy es
Aisén, denominando ese territorio como “Tierras de Diciembre” mes en que
pasaron por acá.
Vale agregar que tal vez lo mas histórico de aquella
expedición de Magallanes, que comenzó con cinco Naos y 265 tripulantes y terminó tras
tres años de padecimientos con solo una y 18, a cargo de Sebastián Elcano, fue
la primera en dar la vuelta al mundo, en veleros de madera de veintiún metros
de eslora (largo), en lo cual descubrir y cruzar el estrecho fue muy importante,
ya que en ese entonces aún se desconocía el contorno de América. Era una época de grandes
descubrimientos, de constatar que el planeta era esférico y tal vez el comienzo
de la globalización, en lo cual hace poco, en el Tratado de Tordecillas entre
España y Portugal, se habían repartido el nuevo mundo, sin siquiera conocerlo.
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