¿Y ENTONCES QUÉ CON EL SUR DE AISEN?
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación
Aisén Reserva de Vida.
Tras escribir la columna de la semana pasada sobre las
andanzas de les Luksic en el sur de Aisén, leer y mirar lo que escribe y envían
Mauricio Aguilera y Hans Silva y conversar con ellos, que nos parece son de los
lideres mas capacitados e inteligentes de esa zona, quedamos con gusto a poco.
Por eso conversamos con Mauricio en nuestro programa de radio Santa María
(jueves 15.30 hrs.) la semana pasada y
este jueves lo haremos con Hans. Y por eso también seguimos reflexionando sobre
el tema.
En todo esto, quedamos bastante inquietos acerca del
desarrollo y futuro de esa zona, tema que nos viene convocando desde 1982. De hecho,
fuimos los primeros en avizorar su ubicación estratégica e innegables valores
naturales y su inmensa superficie de áreas protegidas del Estado, ASP, la que a
lo largo de los años se ha ido incrementando con otras áreas protegidas. Algunas
incluso gracias a nuestro trabajo, como los Monumentos Nacionales de Caleta
Tortel, Isla de los Muertos y Paso San Carlos. También fuimos los primeros en
avizorar el potencial turístico existente, lo cual en ese entonces nos regaló
mas de alguna sonrisita misericordiosa. Y luego fuimos quienes hicimos el
esfuerzo en preparar a la comunidad de Tortel ante los desafíos que se les
venían. Por desgracia, el sistema y la mayor parte de la gente solo ve hasta la
próxima elección y la conveniencia inmediata. Y si el Estado en el actual
modelo no planifica, si lo hacen los grandes inversionistas particulares. La
usurpación del campo a Dn. Daniel Alvarado en el Pascua por abogados de Endesa,
varios años antes de HidroAysén, es un buen ejemplo. La compra actual de campos
también.
La cuestión es que esas comunas, principalmente Tortel y
O’Higgins, también Cochrane, cuentan con una superficie cercana o superior a
los 90% en manos del Estado, entre ASP y terrenos fiscales. Eso evidentemente
no es casualidad, ya que por algo existe la denominación de “Provincia de los
Glaciares” y alrededor de también 90% de su superficie esta ocupada
precisamente por los hielos, alta montaña, terrenos rocosos y lagos. Por otra parte, la colonización de la zona la
llevaron a cabo concesionarios y pobladores ganaderos, a quienes les interesaban
los escasos valles y suelos apropiados a su actividad. Valles en donde se
encuentra la biodiversidad, a veces muy valiosa y con suelos frágiles que se
han ido deteriorando por el mal uso. También han existido intentos pesqueros,
que sería otra actividad factible en Tortel, pudiendo aportar a una mejor
alimentación de toda esa zona, en vez de insistir en grandes empresas y traer
salmón congelado desde mas al norte. Y ahí en ese mar, también existe
biodiversidad valiosa y protegida. Y claro, también esta el potencial
hidroeléctrico; aquel que algunos solo ven en megawatts, mientras cada vez hay
mas térmicas diesel en esas comunas (¡por lo demás, debe ser el petróleo mas
caro de Chile!). Y no olvidemos que además hay algún interés minero y eso hasta
en áreas protegidas.
Entonces ¿cómo se vuelve sustentable una inmensa área en
manos de un Estado centralista espectador e interesado en el extractivismo, y en
vender y concesionar a precios de valor agropecuario ínfimo esas inmensas
extensiones de alto valor alternativo? Un Estado que prácticamente no protege
las áreas protegidas ni las pone en valor. ¿En esperar a que grandes consorcios
empresariales lo hagan? Porque convengamos, esa área difícilmente puede
competir con la ganadería del Mercosur, y si es que, tendría que hacerlo en
forma cooperativa y agregando valor. Tampoco tiene aptitud agrícola. Igual ocurre con otros productos como la madera, el
Sphagnum y la pesca. Y eso en escala menor y aprovechando el potencial
energético disponible. ¿Por qué en vez de seguir con el modelo extractivista
exportador no empezamos por solucionar nuestras propias necesidades? Y a propósito del turismo y como llegan esos
turistas, habrá que pensar en que pasa en tiempos de pandemia, porque, ésta esta
produciendo actualmente el descalabro.
Y si bien no necesariamente debemos copiar el modelo
argentino, ya que deben haber otros y mejores, (desde hace décadas venimos
proponiendo echar una mirada a como lo hacen en Noruega, Canadá, Nueva Zelanda,
países con características parecidas), vale recordar que allá fue el Estado el
que desarrollo los aparentemente exitosos polos turísticos de Bariloche y
Calafate.
También habrá que preguntarse que va a pasar con quienes
habitan en esa área. ¿Van a quedar de espectadores? ¿Y cómo lo hacemos para
sacar provecho a las virtudes de esa área en armonía con la naturaleza? Pensamos
que por ejemplo en el caso de la Fundación Parque La Tapera, que tiene
residencia en Tortel, ésta debiera tener, al menos, un consejo social y
directorio con ´participación de entidades locales y regionales. Y en la venta
y concesión de terrenos fiscales debiera haber participación regional. Pensamos
además, que habrá que preparar a la población local para una convivencia en
armonía. Finalmente pensamos igual, que necesitaremos autoridades estatales,
empresarios y academia presentes y a la altura de este gran desafío.
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