Opinión

HUMO Y SUBSIDIO ELECTRICO


HUMO Y SUBSIDIO ELECTRICO
Peter Hartmann, Coordinador Coalición Ciudadana por Aisén Reserva de Vida.
La mala fama de la calidad del aire de Coyhaique ya es comidillo nacional. Y con eso pareciera los coyhaiquinos también comienzan a asumir un problema que hacíamos como que no era para tanto. La verdad es que el problema es antiguo, la diferencia está en que ese humo se mide solo hace algunos años, las partículas finas unos dos a tres, y desde que esos valores aparecen en internet pasamos a ser muy visibles y noticia.  Y si se  transparentase  además el impacto en la salud pública ¿qué pasaría?
Esa mala fama además ha hecho que algunos políticos y gremios levanten críticas y sugieran soluciones, como el subsidio eléctrico,  mientras las seremis de medio ambiente y salud dan explicaciones tratando de justificarse.  Y la verdad es que ¿existe la solución milagrosa? Nuestra  institucionalidad nos ofrece un Plan de Descontaminación basado en el modelo de aquel de Santiago y del que se supone veremos efectos en algunos años. Por lo visto, se trata de  una solución a medias, enfrentando el problema desde algunas de sus aristas. Es cuestión de ver que tanto ha servido aquel de la capital. Otra posibilidad es aquella tipo Londres, donde a causa de la catástrofe causada por el smog en 1952, cuando fallecieron 12.000 personas, la solución fue radical: se prohibió el uso del carbón causante del problema. ¿Es que sería posible prohibir la leña en Coyhaique ?
El Plan de Descontaminación, hasta donde lo conocemos, consiste principalmente en tratar de contar con leña seca, de reemplazar calefactores contaminantes, de mejorar la eficiencia térmica de edificaciones,  de poner restricciones en días de mala calidad del aire y de intentar tibiamente en aminorar la leña en la matriz energética. Nuestras observaciones al anteproyecto de ese plan eran, por un lado, su tibieza y por otro la ausencia del componente urbanístico y ordenamiento territorial y de absorción de partículas mediante áreas verdes, arborización y juegos de agua. Además, nos parece impresentable que se permita los vehículos internados por zona franca estén exentos de control de gases, que exista una termoeléctrica dentro del área del plan sin restricción y que las edificaciones y calefacción  fiscales no sean ejemplares en eficiencia energética y descontaminación. También nos parece que mientras no exista un cambio radical en la matriz  energética, la calidad de la edificación y la cultura ambiental y energética, la solución se ve lejana.
Ahora, con respecto al tema energético y del subsidio, vale recordar que en la matriz regional la electricidad  ocupa solo  4%, mientras  la leña sobre 50% y los combustibles fósiles importados el resto.  Además, el costo de la electricidad (energía limpia) hasta hace poco era cuatro veces superior a aquel de la leña, eso en la región con el mayor potencial hídrico del país. Probablemente también aquel potencial eólico, geotérmico, mareomotriz. Lo insólito es que esa energía está a disposición de las transnacionales para sus megaproyectos y “energía barata”,  mientras el monopolio eléctrico regional generaba 30% de  la electricidad que nos vende, con petróleo, lo que hace que sus costos y ganancia sean altos. Y que esos costos y con ello la tarifa pueden bajar, lo demostró la última baja de 14%  al reemplazar 4,5 MW térmicos por las nuevas eólicas en Alto Baguales y la central Lago Paloma. Y da para harto más. E interesados en generar esa energía los hay varios. Es más, hay varias centrales hidroeléctricas abandonadas, inclusive una al lado del humeante  Coyhaique, que suponemos no sería tan costoso volver a poner  en funciones. Para eso se hace necesaria la modificación legal para abrir el monopolio eléctrico de Aysén y dicen la ley respectiva está en el Congreso. También está en el Congreso la “Ley de Equidad Eléctrica” con la cual la tarifa bajará otros 11%.  Esta claro que bajar la tarifa permitirá un mayor consumo de energía limpia y estas medidas son un “subsidio ” sin costo para el Estado, por lo que harían bien el gobierno y los parlamentarios en apurar ese trámite. Igualmente, será necesario eliminar  la, a estas alturas más que absurda, multa por sobreconsumo invernal ¡No puede ser que nos castiguen por usar energía limpia! Por otra parte, no vendría mal democratizar la energía y facilitar que los propios usuarios se la generen por su cuenta reemplazando leña y empresas.
 Vale recordar también, que en Magallanes el Estado subsidia el gas y hasta hubo un movimiento social por ello. Asimismo, la  principal  demanda  del “movimiento social de Aysén” era la baja en precios de combustible –energía. Un subsidio que el gobierno anterior  (y el actual lo mantuvo en uno)  condicionaron como  compensación  “ambiental” al aprobar los proyectos HidroAysén y  Cuervo. Por eso nos parece harto extraño que ahora la seremi de medio ambiente diga que ese subsidio no sirve porque no habría capacidad de la red del monopolio ni en nuestras edificaciones. Aparte, que la empresa eléctrica tiene la obligación de ajustar sus redes a la demanda y lo está haciendo y las redes domiciliarias dan al menos para mantener la temperatura con calefactores de  1000 W. Y sobre eso no sería tan complejo ni costoso instalar cables y fusibles  para una mayor potencia.
En definitiva, la solución pasa principalmente por ingeniárselas y tener la voluntad para ello.
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