EXTRACTIVISMO REGIONAL
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

El modelo de “desarrollo” extractivista “llegar y llevar” es algo de lo más normal en nuestro país. La extracción de bienes primarios con un mínimo de valor agregado para la exportación, pero harto intensivas en energía y contaminación. Eso habitualmente en manos de transnacionales y pagando un mínimo en impuestos. Y también coludidos con la ”clase política” y a vista y paciencia de la ciudadanía desinformada. Es la moderna forma de colonización o neocolonialismo. Parte del subdesarrollo sin lugar a dudas.
En la Región de Aisén no nos quedamos atrás. Acaba de cerrarse un capítulo de intención de extractivismo energético al por mayor, el de los megaproyectos esos para enviar MW a las mineras extractivistas del norte. Eso era convertirnos en despensa energética o la gran pila para sus fines. Si bien esta forma de extractivismo muchos la comprendieron y los llevó a oponerse a ella, por desgracia no es la única existente acá.  Sí, ya nos referimos a la minería, que acá también existe: ¿Qué les parece la exportación de concentrado de oro y plata y polimetálico de zinc con harto oro, dejando el problema de los relaves, bovinos muertos y vecinos con plomo y arsénico en la sangre y hasta algunos trabajadores sepultados, entre otras consecuencias? Averigüen cuanto impuesto y otros beneficios entregan esas transnacionales a la región. Y empleos hay cuando el precio del mineral esta alto, en caso contrario, los cortan. De ahí, podemos continuar con la pesca: ¿O es que exportar merluzas en frio o congeladas y surimi de barco factoría arrastrero con mínimo valor agregado no es extractivismo? Y convertir el mar de Aisén en una pocilga, incluso en áreas marinas protegidas, para exportar salmón alimentado con la industria extractiva de otros peces, a nuestro parecer también lo es. O algo peor aún. ¿Se acuerdan cuando maderas de Aysén exportaba lenga haciéndola pasar por cerezo con lo que acá empezamos a pagar ese mismo alto precio de la madera?  ¿Y que creen sería exportar huemules sin siquiera estudiarlos antes? ¿Y la extracción y exportación de turbera -pomponal sin siquiera la evaluación ambiental correspondiente y pagando precios miserables para un recurso que demora cientos de años en crecer?
En todo caso, el extractivismo en Aisén comenzó de la peor manera, la exportación de esclavos chonos a Perú por los españoles. Y luego continuó con las factorías cipreseras y peleteras para al siguiente paso convertir la región en colonia ganadera. Fue la época de los incendios para extraer el ciprés muerto y hacer campo; con externalidades no menores.
Hace algunos días cuando hacíamos referencia a que enviar bovinos y ovinos en pié al extranjero o a la feria de Osorno también es extractivismo, a alguna (o) no le gustó mucho. Claro, no es muy bien visto se le pise los cayos a una antigua actividad ligada a la cultura regional y gracias a la cual vive (o sobrevive) mucha gente en la región. Si bien es así, eso no quita lo extractivista y que debiéramos hacer algo por cambiar esa forma de mal- economía. O más bien mal desarrollo. Fue nuestro “gurú” Don Hernán Contreras Manfredi quien nos hizo notar que cuando exportamos un vacuno estamos enviando fuera cientos de kilos de suelo-nutrientes y agua regional convertidos en huesos, carne, cuero, sangre. Nutrientes que debieran volver al suelo aisenino y que si vamos sumando, son miles de toneladas. O sea, el famoso matadero frigorífico pendiente no solo es un tema de agregar valor (inclusive empleo) en la región, sino también un tema ambiental al que aparentemente se da ninguna importancia. Algo parecido ocurre cuando se exporta lana sucia; junto con esa lana se exporta suelo regional y hasta subproductos que debieran quedar acá, como la lanolina.
¿Qué más? ¿Hay turismo extractivista? Tal vez no, porque es una actividad no consuntiva, aunque los turistas se lleven sus souvenirs y algunos no dejen mucho valor agregado. Tal vez el turismo industria sea un acercamiento, el de las cadenas y operadores externos sacando al extranjero las ganancias. A fin de cuentas, el que esos turistas pasen por acá y su plata no quede acá ¿nos sirve de algo?  Algunos empleos y la venta de algunos servicios tal vez.

Por lo visto, tenemos harto que hacer para remediar esta des-economía que solo nos empobrece. Tarea no menor.
Compartir: