Opinión

Chao Hipólito y Hasta Siempre

CHAO  HIPOLITO Y HASTA SIEMPRE

Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

Ya se esta haciendo demasiado habitual esto de estar escribiendo columnas de epitafio. ¡Esta ya es la tercera de este año! La verdad es que no nos hace feliz y menos aun estar perdiendo amistades, colegas, compañeros de lucha y trabajo.

El martes pasado nos enteramos del fallecimiento de Hipólito Medina, colega, compañero de trabajo y Director de CODEFF Aisén hace algunos unos años. Gran interpretador y educador ambiental, hombre de terreno. Así es como finalmente “cayo en su ley”, trabajando en el campo como le gustaba. Y la verdad es que pensamos es mejor terminar así la vida, que en el hospital y tras años de sufrimiento.

Ya no recordamos bien cuando ni como nos conocimos con Hipólito, que venía de ser guardaparques de CONAF y  paso a integrar el equipo de trabajo de CODEFF Aisén. Debe haber sido en los años noventa cuando hacíamos de todo a pequeña escala (recuerdo entre otras algunas áreas verdes y lanzamos la propuesta Aisén Reserva de Vida) hasta que nos adjudicamos un proyecto de turismo comunitario sustentable y educación ambiental en Cerro Castillo. Ahí estuvimos trabajando casi dos años e Hipólito junto con impartir talleres de interpretación ambiental tuvo a su cargo la plantación de la cortina cortavientos al costado oeste del poblado, toda una proeza en un peladero expuesto al viento constante y al paso del ganado y la gente. ¡Hasta hubo que instalar cerco y agua para regar! ¡Y ahí está hoy ese cortavientos de ñires: “Por tus obras serás recordado”! Tras ese proyecto nos fuimos a Tortel a ejecutar otro proyecto parecido, en lo cual Hipólito, otra vez, estuvo semanas instalado allá haciendo amistades y su parte del trabajo. Otra vez fueron cerca de dos años de trabajo. Y de ahí, nuestro último proyecto con el Fondo de las Américas, fue en el sector de Lago Caro – Rio Paloma, del cual Hipólito era su coordinador. En esa época también fue elegido como Director de la Filial. Por “casualidad” nos topamos estos días con un sobre con su letra y antecedentes de una denuncia por muerte de tres huemules en el predio “La Candonga”, sector Lago Lapparent, que hace Hipolito como Director en octubre 2002. Fue un periodo complicado, al reaparecer el megaproyecto Alumysa con su estudio de evaluación de impactos ambientales y el apoyo del gobierno a través del triministro Rodríguez Grossi. Mientras, nos íbamos quedábamos sin financiamiento, lo que complico nuestro trabajo y nos hizo reagrupar fuerzas. En todo caso, el proyecto en Lago Caro no era ahí por casualidad, el apoyo de y a la comunidad afectada era crucial (una represa del megaproyecto inundaría el lago y sectores adyacentes del río Desagüe hasta el Lago Elizalde). En esos años también ejecutamos un proyecto de hierbas medicinales y aromáticas con financiamiento del FIA, en lo que Hipólito también tendría un rol relevante. Tras finalizar esos proyectos, o no conseguir su continuidad y desaparecer Alumysa, tuvimos un periodo mas tranquilo, hasta que entramos de lleno a la campaña Patagonia sin Represas. En ese tiempo Hipólito se fue a trabajar con Ecosistemas, por lo que lo que perdimos un poco el contacto directo, aunque estábamos en lo mismo. De esa época es que Hipólito junto con sus trabajos en terreno pasó a dirigir el programa de radio “La Otra Cara de la Moneda” que era uno de los esfuerzos comunicacionales en contrapeso a la aplanadora de HidroAysén. Por cierto, la voz autorizada de campesino patagón y nexo con sus congéneres de Hipólito ahí, fue de gran importancia.

En estos días hemos estado recordando algunas de las características y anécdotas de nuestra convivencia con Hipólito o “Polito” como le decían.  Entre ellas destaca su alegría y sentido del humor y sus frases típicas. Dicen que le tenía sobrenombre a todo el mundo, que nos imitaba, y le gustaba palanquear y hacer reír a los demás. Por ahí hubo también alguna ocasión en que su dialogo en idioma patagón molestó a quien no entendía y pensó que le estaban agarrando para el leseo. En cuanto a sobrenombres, cuando sus hijas, dignas herederas, sacaron una caja de vino “Gato Negro” en el funeral, recordé que eso no era casualidad y aparte del ultimo brindis, ese era el sobrenombre que le conocimos. Y en cuanto a frasecitas típicas y exclamaciones, tenía toda una colección y adoptaba rápidamente otras nuevas. La más habitual cuando las cosas se ponían complicadas era, “tranquila, que la están peinando”.  Su modo de ser por cierto le facilitaba el acercamiento con las y los lugareños. Aunque nos consta que en Santiago y alrededores, donde tuvo que ir durante la campaña PSR y luego tuvo un empleo, también tenía buena llegada.

Vale destacar finalmente, que Hipólito era un patagón hijo de campesinos, cercano a la naturaleza, con esa versatilidad, sabiduría y capacidades múltiples que son bastante habituales en esa cultura, que fue capaz de hacer de todo y adaptarse a todo, desde guardaparques, dirigir un programa de radio y una filial de ONG, hasta campañista en Santiago, sin abandonar  sus raíces. Y tal vez lo mas importante y ejemplo digno de imitar, siempre con un gran amor a su tierra.

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