Peter Hartmann

Vamos a escribir sobre un tema poco ambientalista esta vez. Se trata de parte de la historia, de acontecimientos de la 1ª Guerra Mundial en nuestros mares. De las andanzas del crucero liviano alemán, Dresden, en 1914 -15  y que hasta hoy son bastante mitológicas y poco conocidas. ¿Porque el interés en el tema? Por lo ya dicho, porque nos encontramos hace años con el libro de María Teresa Parker De Bassi (Tras la Estela del Dresden) que esa vez solo alcanzamos a hojear y nos pareció interesante, porque ahora un amigo encontró  y nos envió la edición alemana de 1999, y porque, en lo personal, a mi abuelo Joseph lo reclutaron al comienzo de esa guerra en Buenos Aires y lo destinaron de marinero al acorazado König Albert. Ese abuelo, ya en Santiago, seguía con aires marineros y se creía capitán según mi padre.

La Dresden, al mando del capitán de Marina Fritz Lüdecke, como los barcos en esa época (salvo veleros), se movía con calderas a carbón, combustible complejo de conseguir en tiempos de guerra y los británicos dominando los océanos, además tenía una innovación con turbinas que la hacían más rápida que otras naves. Se inauguró en 1913 cuidando los intereses alemanes en la “guerra de los Balcanes” y de ahí la enviaron a efectuar la misma tarea a la guerra civil mexicana. Entonces, se suponía en medio año estaría de vuelta en casa. Pero, comenzó la 1ª Guerra y las ordenes fueron a dedicarse a corsario junto a otros cruceros frente a las costas argentinas y luego chilenas, en lo que estuvo sola varios meses paralizando el tráfico de cabotaje y reabasteciéndose en lugares como la Bahía Orange, la Bahía San Quintín y Puerto Low (Guaitecas). En esa tarea se cumplía un estricto protocolo por el cual, solo podían ser presa barcos enemigos y carga destinada a ellos y estar solo un día en puertos chilenos. Los británicos prontamente enviaron una flota al mando del Almirante Sir C. Cradock a cazarla. Estos, por lo demás, contaban con las simpatías de la Armada chilena. El lugar de reunión de esa flota habría sido Puerto Vallenar (¿?) en el archipiélago de los Chonos.  A su vez, los alemanes enviaron su flota del Pacifico comandada por el Vicealmirante Graf F. von Spee, encontrándose con la Dresden en la Isla de Pascua, con lo cual, tras algunas semanas, se produjo el inevitable choque entre ambas escuadras, con la mayor batalla naval desde los tiempos del Almirante Nelson ¡y eso en mares chilenos! (Los  cañonazos y fuego se veían desde la costa). Así, ese 1° de enero de 1914 se llevó a efecto la batalla de Santa María o Coronel, con mar gruesa, entre flotas de poderío similar y en la cual los alemanes en una hora, al atardecer, hunden a los acorazados Good Hope, al mando de Sir C. Cradock y Monmouth (1700 muertos), mientras los cruceros Glasgow y Orama, dañados, emprenden la fuga. A su vez, el acorazado Canopus no alcanza a llegar al lugar de los hechos. Los buques alemanes, no sufrieron mayor daño. Es más, los oficiales lamentaron la muerte de Cradock a quién conocían  y estimaban.

En los días siguientes, las noticias británicas ocultaron su derrota y se adjudicaron el naufragio de naves alemanas, por lo que von Spee decide entrar con su flota a Valparaíso a demostrar lo contrario. (De hecho a la Dresden  la habían dado por hundida tres veces). Ahí es recibido con vítores, disfrutando la gloria de la victoria.

Mientras von Spee decide tomarse Port Stanley en las Falkland o Malvinas, los británicos, furiosos con la derrota de Coronel, deciden vengarse y envían a ese lugar lo mejor y mas poderoso de su flota inclusive dos super acorazados. Von Spee se confió demasiado y no escucho las advertencias de sus comandantes, pensando que los británicos se iban a demorar más, pero estos habían llegado el día anterior. En esa batalla naval del 8 de diciembre de 1914, esta vez fue hundida toda la flota alemana de dos acorazados, dos cruceros y algunos cargueros acompañantes, con 2200 muertos. Salvo la Dresden que escapa veloz a esconderse en los canales y fiordos magallánicos, tras pasar por Punta Arenas. Y eso con varios cruceros y acorazados británicos persiguiéndola. Ahí, estuvo dos meses y medio escondiendose en la Bahia Hewett yluego lugares inexistentes en la cartografía: Bahia Sepulveda en canal Cockburn y Bahia Bedford en la Isla Santa Inés. En eso es el legendario Albert Pagels, pescador alemán de Punta Arenas en su lancha Elfriede, quien los guía y mantiene comunicados, mientras el servicio secreto británico lo presiona y pone  precio a su cabeza. Ahí también les ayuda el conocido cónsul Stubenrauch (socio de Braun). En esos meses, la tripulación de la Dresden se dedica a hacer leña a falta de carbón y a mariscar a falta de comida. Finalmente recibió, en una arriesgada operación, una carga de ese combustible y algo de alimento, para escapar a mar abierto en las narices de los británicos en un día de baja visibilidad.

Tras escapar, la Dresden solitaria y falta de combustible, alimentos y repuestos, se dirigió al norte y a causa de la necesidad de comunicarse con el abastecimiento de carbón los británicos supieron donde se encontraba, esperándola el acorazado Kent camino al archipiélago Juan Fernández. Sin embargo, la Dresden nuevamente se le escapa, pero en eso echó a perder sus máquinas por lo que busca refugio en el puerto neutral chileno de Cumberland, Isla Mas Adentro hoy Robinson Crusoe.  Ahí, a los días después, la encontró la Kent, el Glasgow y el Orama que no respetaron la neutralidad a pesar de las advertencias, por lo que ese 14 de marzo de 1915 el mando de la Dresden, tras recibir algunas andanadas, al igual que el poblado y otra embarcación ubicados detrás, decide hundirla y que el personal bajase a tierra (338 personas). Los marinos de la Dresden fueron internados por Chile en la Isla Quiriquina, desde donde algunos se fugaron (el caso mas famoso fue el del Tte.W.Canaris quien llegaría a ser Almirante y Jefe de Inteligencia alemán en la 2ª GM) y volvieron a Alemania, algunos terminarían quedándose en Chile al final de la guerra y otros, al fin, pudieron volver a casa, a esas altura bastante cambiada, como el capitán Lüdecke que fue ascendido a Contralmirante.

En cuanto al mito de que la Dresden se habría escondido en el fiordo Quintupeu (Provincia de Palena) , eso no se menciona en el libro y parece haber sido una maniobra distractiva hecha por los colonos alemanes del sur para confundir a los buques británicos.

Otras enseñanzas que deja esta historia, aparte de que en guerra la neutralidad no se respeta, es el absurdo y confuso comienzo de la 1ª GM y lo absurdo de toda guerra, y el cómo miles de marinos pierden la vida a causa de malas decisiones, muchas veces tomadas en alguna lejana capital y para fines bastante inciertos.

 

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