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Algo de Historia del Parque Patagonia (a propósito del libro)

Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

Este miércoles se lanza en Coyhaique el libro “Parque Nacional Patagonia”, uno de esos de “gran formato Tompkins”, destacando la belleza del lugar. Ya hubo lanzamientos exitosos en Santiago y Cochrane y es el tercero de esos libros en que tenemos participación.

Respecto a la historia de este gran y hermoso parque y territorio que lo conforma, hay harto que contar. Empezando por, que ahí sus primeros habitantes nómades dejaron sus huellas en mas de alguna pintura rupestre hace mas de cinco mil años, los Aonikenk o Mecharnueukenk o Chehuachekenk (según Martinic), y sus antecesores. Las primeras exploraciones oficiales de ese territorio “desconocido» (para los países que lo reclamaban suyo) la realizaron las comisiones de limites de Argentina y Chile a fines de los 1800 y comienzos del 1900. Estas pusieron también los topónimos que han perdurado hasta hoy.  En esto vale destacar el levantamiento de 24 kms. del Valle Chacabuco por el ingeniero Ricardo 2° Michell V. en 1901.En estos informes, aparece la superficie “aprovechable” del territorio, el que tras la definición del límite es concesionado, pasando a ser el valle nombrado, la “Entrada Baker” desde la Argentina. Tras varios intentos, se transfiere la concesión Contardi de 1903 a Florindo Tornero / Sociedad Explotadora del Baker, cuyo directorio de aristocracia chilena, se reunía en Valparaiso. Esta, a causa de la tragedia de la “Isla de los Muertos”, en 1906, va a la quiebra, quedando en “Entrada Baker” el ganado traído por uno de sus administradores W. Norris y siendo rematadas 55.000 Has. en 1914 en Santiago a J. Vicuña Subercaseaux, quien la transfiere en 1916 a Estancias Posadas de Hobbs y Cia. de capitales magallánicos. Tras el asesinato en terreno del primer administrador de la estancia, Charles Wood, asume en una época conflictiva Ch. Mackenbrand y finalmente, Lucas Bridges, en 1921, para salvar la inversión familiar. En el intertanto, inexplicablemente, la superficie del territorio concesionado se había multiplicado por diez. El argentino -ingles L. Bridges, el “Lord de la Patagonia”, fue todo un personaje de la época, para unos, héroe y para otros, villano.

La compañía nunca pagó dividendos a sus accionistas, complicándose aun mas el panorama al asumir el Frente Popular en 1938, retirándose algunos socios y cambiando a Sociedad Valle Chacabuco,  con solo 144.000 Has. Al concentrarse y deshacerse del lio con los ocupantes, la sociedad al fin da dividendos.  En 1953 el Estado reduce nuevamente la concesión a 70.000 Has. En 1964, con la Reforma Agraria se caduca la concesión, creándose un asentamiento. En 1974 con la dictadura militar, vendría la contra reforma, quebrando el asentamiento. En 1980 la Estancia Valle Chacabuco se remata al belga Francisco De Smet en US$ 500 mil, más la deuda bancaria contraída por el asentamiento. A fines de los 90s, al no ser cancelada la deuda, el Banco del Estado remata la estancia, lo cual con la intervención del Senador Horvath, se convierte en un traspaso a la Reserva nacional Lago Cochrane del predio de El Húngaro, como parte de pago. Sin embargo, como la estancia no era rentable, tras ya cincuenta años de usufructo, De Smet habría decidido en el 2004 venderla a la Fundación Conservación Patagonica, presidida por Christine McDivitt Tompkins.  Chris y Doug Tompkins solían ir de vacaciones otoñales al Valle Chacabuco tras un ajetreado verano en el Parque Pumalín. Y el otoño ahí es como para enamorarse del lugar. Así decidieron adquirir la estancia para crear un parque nacional, sumando además las reservas nacionales Jeinimeini y Lago Cochrane. Esta intención tuvo importantes detractores, que aparte de repartir odiosidad, lograron que la estancia se vendiese en diez millones de dólares. Por su parte, en CONAF estaban reticentes de subirle el perfil a las reservas nacionales, ni les convencía que el degradado Valle Chacabuco ameritase convertirse en parque nacional. Sin embargo, en la Estrategia Regional de Biodiversidad del 2003, con participación ciudadana, aparecen con prioridad uno los sitios de conservación Entrada Baker de 548,72 km.2 y Estepas del Jeinimeini -Lagunas de Bahía Jara de 287 km.2, y con segunda prioridad los sitios Mallín Grande – Furioso y Río Baker .

En la época de finales de dictadura y vuelta a la democracia, se instala la minera Coer D’Alene – Fachinal en lo que sería el sitio Estepa de Jeinimeini – Lagunas de Bahía Jara y unos años después, con subsidio estatal, también en lo que era la Reserva Forestal Lago Gral. Carrera, ahora sitio de biodiversidad  Mallín Grande – Furioso.  No serian el único problema por ahí; en 2005 la transnacionalizada ENDESA anuncia un megaproyecto de represas y líneas eléctricas en el Baker (luego HidroAysén), incluyendo parte de lo que sería el parque. Tras una épica y victoriosa campaña regional, nacional e internacional, que duro diez años y en la cual Chris y Doug fueron parte importante, ese megaproyecto se retiró.

En la misma época, se avanzó en la creación del Parque Patagonia entre los ministerios de Bienes Nacionales, Medio Ambiente y Conservación Patagonica. En lo cual, BBNN agregó al parque, además de los terrenos aportados por CP, más las reservas nacionales Jeinimeini y Lago Cochrane, algunos terrenos fiscales ubicados en los sitios de prioridad de conservación de la biodiversidad ya nombrados que sumaban sobre 5.000 Has. En enero del 2018, con presencia de la Presidenta Bachelet en Valle Chacabuco, se firman los decretos para la creación del Parque Nacional Patagonia, más varios otros que hoy conforman la Red de Parques de la Patagonia. Sin embargo, el decreto aún requería de Toma de Razón por la Contraloría General de la República. Mientras, asumía el nuevo gobierno y el alcalde de Chile Chico, en defensa de intereses mineros y ganaderos, con apoyo del senador, David Sandoval, quien siempre tuvo intención y fue activo en sabotear el parque, armaron una operación en que lograron, con anuencia del ministro de Bienes Nacionales, F. Ward, retirar el decreto y jibarizarle 4.917 Has. al parque, de las cuales 2.309 serían para la australiana Equus y su proyecto minero “Los Domos” y las restantes para que los ganaderos de Mallín Grande las usen de veranada; aunque también hay prospección minera por ahí, en y vecina al mayor sitio paleontológico de la región (por ende Monumento Nacional), Zona Nacional de Interés Turístico Chelenko, varios geositios y sitios arqueológicos. Finalmente, en diciembre de ese año es publicado, sin mayor aspaviento, el decreto que crea el parque, ahora firmado por el presidente Piñera. Finalmente, el 29 de abril de 2019, Tompkins Conservation hizo entrega oficial de su parte del parque al Estado de Chile. ¡Así, tras más de una década de esfuerzos y controversia, al fin hubo parque! ¡Y cinco años después, al fin, también tenemos libro sobre este parque!

 

 

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