La Sentencia de la Corte Suprema y las ECMPO
Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
Junto a las elecciones, una de las noticias mas importantes de la semana pasada sin duda fue la sentencia de la Corte Suprema anulando la resolución del 2004 del Gobierno Regional de Aysén /Comisión Regional de Usos del Borde Costero, CRUBC, sobre los Espacios Costero Marinos de Pueblos Originarios, ECMPO, solicitados por las comunidades Antunen Rain y Fotün Mapu y Pu Wapi. Esos que estuvieron tramitando durante ocho años, para que esa CRUBC se las rechazase “sin argumentos, solo enunciados, en un acto ilegal y arbitrario”, según esa Corte. Así también se revoca la sentencia de la Corte de Apelaciones de enero 2025.
Esa sentencia le dice al Gobierno Regional que debe emitir una resolución debidamente fundada y con apego a la normativa vigente y que no pueden rechazar basándose en aprehensiones sectoriales o criterios productivistas que no cumplen ese umbral y que no sirve el rechazo por razones de mera conveniencia, debiendo acatar el artículo 13 del Convenio 169 y el artículo 3 de la Ley 20.249 y respetar las garantías constitucionales, resguardando el uso consuetudinario, el que va mas allá de lo productivo. Aquí vale hacer presente, que en las acciones ante las cortes se hizo parte casi toda la industria del salmón (que en la CRUBC decían no tenían nada contra los pueblos originarios) y que con esto deben estar no muy contentos en sus aspiraciones de dueños monopólicos del litoral.
Otros acápites interesantes de la sentencia fueron, el que se menciona que la superficie de las ECMPO, tema y miedo central en el rechazo, “es necesaria para asegurar el ejercicio del uso consuetudinario”. Esto es, que se exige respetar la relación cultural y espiritual de los pueblos con sus territorios (o maritorio). Así se confirma el peso determinante a los informes de uso consuetudinario elaborados por la CONADI (informe que en el caso aisenino la CRUBC ninguneo). Esto reordena además la actuación de todas las CRUBC y que toda restricción debe superar el test de proporcionalidad con razones verificables.
Por nuestra parte, creemos vale la pena agregar que ese acto de la CRUBC, aparte de ilegal y arbitrario, fue de lo mas horrible en cuanto a abuso y odiosidad que nos ha tocado vivir acá, al menos en los últimos tiempos. Y francamente el gobierno, que tiene la sartén por el mango en la CRUBC, mostro su peor lado e incapacidad de manejar la situación. ¿Como es posible que la institucionalidad que fue parte de la tramitación de ocho años, en los cuales todo debió haber quedado claro, vengan al final a votar en contra sin argumentos? ¡Vergonzoso! Y la oposición aliada con los salmoneros también mostraron su peor o verdadera cara.
En estos mismos días nos hemos estado enterando de las protestas de pueblos originarios del Amazonas al no ser considerados en la toma de decisiones del cambio climático y sobre su territorio, mientras es archi reconocido en toda instancia internacional que los mejores cuidadores territoriales del planeta son precisamente los pueblos originarios y se les debe incluir en toda decisión que les incumba y respetarse sus derechos, experiencia y propuestas. Es algo mas o menos obvio, que los lugareños de un territorio del cual dependen para vivir y del cual son sus mejores conocedores, van a ser sus mejores cuidadores y administradores. Y la historia también ha demostrado con creces, que afuerinos, colonizadores atraídos por intereses de corto plazo, la codicia y desconocedores del territorio, suelen ser tremendamente dañinos. Y si algo escuchamos de que había unanimidad en la CRUBC es que en el litoral de Aisén hay graves problemas de abandono y abusos que hacen necesaria una mejor administración con participación de quienes habitan ahí. Y si habitan desde siempre, están arraigados y demostrando una administración responsable, mejor aún. Esa administración que se pregona como la “famosa economía azul” y que esperamos revierta el desastre actual que viene ya desde al menos un siglo atrás. Desastre del cual sus principales víctimas humanas justamente ha sido su pueblo originario Chono, quienes recorrían – poblaban todo el inmenso litoral aisenino y hoy se encuentra aculturado y genéticamente mezclado con el pueblo Huilliche.