Opinión

Huemules y Ganadería ¿Compatibles?

HUEMULES Y GANADERIA ¿COMPATIBLES?
Peter Hartmann, Director CIODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.
De acuerdo a la Estrategia Regional de Biodiversidad de Aysén, el Huemul, Hippocamelus bisulcus, se encuentra en peligro de extinción y solo quedarían 2000 ejemplares en Chile, la mayoría en Aysén, esto a causa de su baja tasa de natalidad y reclutamiento, además esta especie heráldica  está amenazada por modificación del hábitat, enfermedades, el cambio climático, ataque de perros y atropellos (seremi Medio Ambiente Región de Aysén, 2018).
Algún tiempo atrás, a causa de las denuncias del abogado y fotógrafo Rodrigo de los Reyes sobre casos de abscesos en huemules del ahora Parque Nacional Cerro Castillo, las investigaciones que se hicieron concluyeron en que se debían a Linfoadenitis caseosa, enfermedad transmitida desde el ganado a los huemules. En esa época además se hizo una autopsia a un huemul muerto en ese parque y se descubrió que aparte de Linfoadenitis caseosa tenía Hidatidosis, también proveniente del ganado. También vimos hace algún tiempo fotografías mostradas por CONAF de huemules del Parque Nacional Bernardo O’Higgins con abscesos. Finalmente, este año, nos enteramos que los huemules del Santuario y Reserva Nacional Huemules del Niblinto, Región de Ñuble, también muestran esa enfermedad. Al mismo tiempo  supimos que lo mismo ocurre en el Parque Nacional Torres del Paine, donde además, a causa del ganado al interior del parque habrían muerto dos crías de huemul el verano pasado. Lo alarmante es que este es el parque nacional  más famoso, visitado, protegido y emblemático en muchos aspectos  del país.
Esta preocupante realidad de huemules con enfermedades provenientes del ganado, de la convivencia de áreas silvestres protegidas con un vecindario ganadero y la presencia de ganado en esas áreas, por desgracia no es novedad. Tal vez solo lo sea la nueva enfermedad. La verdad es que desde que se estudia a los huemules se ha diagnosticado en ellos enfermedades transmitidas por el ganado y desde que existen las áreas silvestres  protegidas han existido problemas con el ganado del vecindario y la invasión por éste. De hecho hay ganaderos para los cuales es lo más normal ocupar tierras fiscales y protegidas para sus veranadas, mientras las autoridades hacen vista gorda, hasta los defienden  o no tienen como sacarlos.  Es la consecuencia de que la ganadería haya invadido el territorio otrora ocupado por los huemules y sus depredadores con los que también hay conflicto. Y por cierto también hay serios problemas con los perros del vecindario humano. ¡En décadas pasadas hasta se llegó a quemar un valle del P.N. Bernardo O’Higgins para introducir ganado por parte de servicios estatales!  A pesar de algunas denuncias al respecto de este problema, desde entonces no se pueden consignar muchos avances.  Es más, en la reciente recategorización a parque nacional de la Reserva Nacional Cerro  Castillo hubo en este tema  un notable olvido, ya que hasta existen predios particulares que deben acceder  y sacar su ganado a través del parque.  Y por cierto nadie controla la sanidad de ese ganado, ni de aquel aledaño o invasor de otras áreas protegidas.
Vale agregar que la administración del SNASPE por CONAF hace tiempo se encuentra en crisis a causa del escaso presupuesto que maneja (1 US$ por hectárea, que en Aysén solo es 0,30) y el traspaso al Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas que se ha ido postergando ya por años al no tramitarse aun la ley respectiva.
Mientras se supone aún solo restan 2000 huemules en nuestro país, solo en la Región de Aysén existía en el 2007, 536.000 bovinos, ovinos y caprinos, más 702 ciervos (Censo Nac. Agropecuario; ODEPA –INE 2007), aunque el PIB del sector agropecuario – silvícola solo sea  de 1,79% (Banco Central, 2016).
En síntesis, mientras algunos pretenden centrar el problema en el huemul y “sus enfermedades”, la realidad es que la causa de éste problema es:
           la histórica invasión humana de su hábitat, inclusive áreas protegidas del Estado;
          el escaso control sanitario del ganado en el vecindario de áreas protegidas con huemules;
          una ganadería extensiva en crisis;
          la ausencia de voluntad por parte de la institucionalidad en cumplir compromisos internacionales de protección a la biodiversidad y sus tareas de control sanitario, administración de áreas protegidas y de propiedad fiscal;
          La escasa voluntad en tramitar la ley del Servicio de Biodiversidad y Áreas protegidas con asignación de suficiente de recursos para cumplir adecuadamente con su finalidad;
          La ausencia de asistencia a campesinos para defenderse de predadores y mejorar el manejo de sus predios y ganado.

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