De los acontecimientos de los últimos días nos queda un saborcito a la típica mitología y doble estándar nacional.

Hace poco nos enteramos de la publicación del Decreto 30 del Ministerio del Medio Ambiente del 10 de noviembre 2020, esto en el Diario Oficial del 23 de abril 2022, en que se declara el Santuario de la Naturaleza Meullín – Puye. Este santuario abarca los terrenos adquiridos a precio vil por Proyectos de Aysén (Walker) a Bienes Nacionales y transferido a Noranda para el megaproyecto Alumysa. Al retirarse aquel proyecto, todo pasó a la minera Xstrata y ésta a Glencore, Energía Austral, para el proyecto de represas Río Cuervo. Al fracasar éste, vendieron los terrenos del Cuervo, Meullín y Yulton a la Fundación Kreen y los del balneario de Bahía Acantilada al Municipio de Aysén /Programa Mejoramiento de Barrios. La cuestión es que los Walker se hicieron de esos terrenos y derechos de aguas en un dos por tres, sin mayor pataleo, salvo el nuestro, en cambio a la hora de solicitarse el Santuario, este tuvo participación ciudadana, estudios para justificarlo y nuestro apoyo, para ser aprobado por el Ministerio del Medio Ambiente y el Comité de Ministros (censurador del MMA, ¿existirá eso para las decisiones de algún otro ministerio?), hace años, para finalmente ser decretado en noviembre de 2020. Sin embargo, dicen que a causa de la censura (un tanto fáctica) del entonces ministro de Energía, recién llega a ser publicado a más de un mes tras el cambio de gobierno. La verdad es que nos alegramos mucho, porque ese hermoso territorio de alto valor ambiental ameritaba su protección y ya hace años habíamos sugerido al CEO de Xstrata, que en vez de destruirlo con represas e inundación, mejor lo convirtiesen en área protegida. Para llegar a eso pasaron varios años y tuvieron que darse muchos hechos casi milagrosos. Así y todo, en nuestra actualidad en que se pone en duda todo, no faltaron quienes miraron con desconfianza esta Área Protegida y a la fundación que la gestionó. Entre otras, hasta se interpretó esta gestión como para uno de los tantos loteos que estamos viendo en la región. Francamente, eso demuestra desconocimiento y confunde a una fundación con fines ambientales con una inmobiliaria especuladora. Nada mas lejano entre una y otra. Una cosa es la protección, esa que cuesta harto esfuerzo, es incomprendida y tramitada por años y otra la especulación que tiene al poder del mercado y el engaño de su lado.  Y esto de opinar sin informarse, sin fundamento y en son de “fake” ya parece ser todo un deporte que nos está haciendo pésimo.

Y a propósito de protección, estuvimos conversando con la Ministra de Medio Ambiente y parte de su equipo sobre la tramitación de la Ley de Protección de Turberas, en lo que definitivamente hay desconocimiento y mitos que están entorpeciendo su aprobación en el Senado. De hecho, hay senadores que no la quieren aprobar a causa del mito de que hay muchos empleos en juego y eso en base a información falsa, pero muy difundida, con lo que convencen a la opinión pública y ponen en jaque al gobierno. Otro mito es aquel de la extracción sustentable del pompón, lo cual es otra falsedad. Pero a pocos parece importarle la importancia ecológica y estratégica de turberas y pomponales como reservorio de agua, gases efecto invernadero y biodiversidad. Esto último nos lleva a recordar el desafió de la transición y reconversión justa desde economías extractivistas y dañinas a otras realmente sustentables, regenerativas y que no contribuyan al cambio climático.

Eso vale también para otras ramas de la economía. No sin asombro hemos estado viendo como la minería esta reemplazando su personal por equipos automatizados con toda una parafernalia de modernización e inteligencia artificial sin que algún sindicato hasta ahora saque la voz. ¿Porque será que ahí los empleos no importan y en otras partes si? ¿No son esos mismos empleos que nos enrostraban que se perdían sin HidroAysén y Energía Austral? ¿Sera que esos mineros están en transición justa hacia una minería de menor impacto ambiental y mas sustentable? ¿O tenemos aquí otro mito y doble estándar?

Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

 

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