Diversos son los temas que nos ocupan en estos tiempos otoñales. Indudablemente está el borrador de la nueva Constitución, el loteamiento de la región, el blanqueo de imagen salmonero y reaparece el tema del humo.

Tal como estaba presupuestado, la Convención Constituyente entrego su borrador que ahora aún debe ser armonizado, para luego pasar al escrutinio ciudadano. Son innumerables los palitos que se le ha puesto en el camino a este proceso, el que vale recordar se acordó mas bien dándole el gusto a quienes ahora lo deslegitiman. Al punto que en ese entonces hasta le cambiaron lo de “Asamblea” por “Convención” y lograron poner cuórum de dos tercios para los acuerdos.  Y ahora, a ese sector minoritario (que no suma un tercio) ya no le gustan los dos tercios y recurren a todo tipo de artimañas para su especial “democracia”. A ellos se suman otros que ni siquiera postularon a ser constituyentes, pero ahora no se hacen problema en rasgar vestiduras. Si bien es licito criticar, argumentar, debatir y proponer para contar con una mejor Constitución, hemos estado viendo una tremenda cantidad de descalificaciones, “buscarle las cinco patas al gato”, tergiversaciones, falsedades, política sucia, y hasta insultos, hacia este proceso y quienes lo llevan adelante. Y siempre con amplia cobertura de prensa y redes sociales.  Por cierto, en todo grupo humano existen quienes cometen errores y lo mismo ocurre con su obra. Está claro que no tendremos la Constitución perfecta, y así como la anterior será mejorable y modificable, si es que hay consenso para ello. Lo importante es el espíritu democrático participativo y solidario que la inspira en este caso, un alma que era prácticamente intocable en aquella anterior. Y por nuestro lado, nos alegramos de ver reflejada en ella varias aspiraciones ambientalistas, regionalistas, solidarias y de inclusión cultural.

En ese mismo tono descalificador bastante violento a que nos referimos arriba y que se ha puesto de moda, el Consejero Regional, Carlos Campos, molesto porque emprendemos acciones para que se respete la legalidad vigente por las inmobiliarias loteadoras y los servicios públicos, ya que según él, “atentamos contra la propiedad privada” y nos trató de “ser antojadizos, imponer estatismo y creernos dueños de la región”. La verdad es que molesta la falta de respeto hacia quienes hacemos un trabajo que en realidad le corresponde a quienes son financiados por el Estado con nuestros impuestos.

En cuanto al humo coyhaiquino y de otras ciudades regionales, llevamos años advirtiendo sobre la necesidad de mayor arborización y áreas verdes, lo cual tímidamente quedo plasmado en el Plan de Descontaminación de Coyhaique como acción por parte del sector del agro, pero nada ha ocurrido desde entonces. Por lo demás, esos árboles y áreas verdes son parte del ornato citadino, responsabilidad municipal, el cual si queremos dedicarnos al turismo, no podemos descuidar. Al contrario, hemos visto como con bastante entusiasmo la Municipalidad de Coyhaique esta dedicada a eliminar árboles y continuar en su ya tradicional mutilación. La más absurda y ridícula de éstas, fue aquella de hace poco de árboles muertos – secos (los que sí debieran sacar) de la calle Cochrane frente al Correo, lo cual evidentemente fue, además, un despilfarro de recursos públicos. Por lo demás, esos árboles se murieron a causa de las mutilaciones y lo mismo ocurrirá con los restantes que aun logran sobrevivir ahí a duras penas. No faltó quien justificase dicha mutilación en aras de cuidar el cablerío ¡como si un árbol seco pudiese crecer y amenazar esos cables! Por lo demás, en Bilbao un poco mas arriba, hay ejemplos de las peores mutilaciones y también de convivencia pacífica entre árboles y cables. O sea, si se quiere se puede. A causa de los reclamos por la eliminación de árboles, el alcalde Gatica prometió que éstos se repondrán este mes, cosa que hasta ahora no ocurre. Lo sentimos, pero le vamos a seguir cobrando su promesa y por cierto, esperamos que cada día de humo se la recuerde. Vale hacer ver también que a causa de la mala calidad de vida de la ciudad abundan quienes se van a vivir fuera; es cosa de ver la cantidad de loteos y casas y problemática consecuente que hay en los alrededores. Y a propósito del humo, el mismo municipio de Coyhaique, se comprometió hace al menos cinco años en emitir una ordenanza para regular la calidad de la leña, lo cual aún no cumple.

Finalmente, nos llamó la atención como dentro de su campaña de blanqueo de imagen los salmoneros fanfarronean de cómo están recogiendo toneladas de basuras marinas. ¡Esas mismas que ellos disponen ahí! ¡¿No se estarán pasando de frescos?!

Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida. 18.5.2022

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