Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

¡Esto de las autodenuncias por sobreproducción de Australis Mar hasta nos está salpicando a nosotros! Eso, porque según se lee en la Resolución Ex.N° 1- 2023 de la Superintendencia del Medio Ambiente, SMA, ya en el 2016 hicimos denuncias junto a dirigentes de pescadores, por centros de cultivo anaeróbicos en Isla Humos, Isla Luz e Isla Traiguén. ¡Y no fueron las únicas que denunciamos en ese entonces ! Posteriormente, en el 2022 es SERNAPESCA la que denuncia sobreproducción en el CES de I. Traiguén. Todo esto antes, de la autodenuncia de la propia empresa. Como se apreciará, pasaron hartos años para que SERNAPESCA y la SMA tomasen cartas en el asunto. De por medio, vale recordar que hubo varios tirones de orejas por parte de la Contraloría. En el último, esta advierte la ineficacia y conflicto de interés en fiscalizaciones de SERNAPESCA. Mientras tanto, desde Australis asumen que sus sobreproducciones son “heavys” y según un ex gerente de esa empresa éstas se permitían por motivos políticos. Aparte, que durante años prácticamente no hubo fiscalización. Vale añadir, que en la Resolución de la SMA se aprecia que dos de los centros denunciados y fiscalizados tras un ciclo anaeróbico, a los pocos meses, sin cumplir el descanso obligatorio, la empresa vuelve a tener otro ciclo anaeróbico. Y eso se repite en 16 centros fiscalizados, casi todos ubicados en áreas protegidas. O sea, esas empresas no cumplieron con la legislación vigente, a vista y paciencia de SERNAPESCA. Las consecuencias de esa anoxia no son solo terribles y mortales para los salmones, también para la vida marina circundante. Y la sobreproducción que habitualmente provoca la anoxia, aparte de matar la vida tiene otras consecuencias, como mas escapes, mayor cantidad de enfermedades  y con eso mayor uso de antibióticos y pesticidas. Y todo por la codicia de obtener una mayor producción.

En el gremio salmonero estiman que las autodenuncias continuarán al conocerse de la mayor fiscalización por parte de la institucionalidad. Aunque claramente hay empresas que creen poder salvarse a la antigua, eso es, mediante lobby y presión política y judicializando los casos (tienen los medios para contratar buenos abogados y comprar políticos). O ambas. Esto se aprecia en el caso de Nova Austral que sumó en su defensa al senador Kusanovich (cuya empresa naviera le presta servicios) y a quien no se le ocurrió nada mejor que amenazar en golpear mesas y decir que “en ese caso (Nova Austral) somos todos culpables, pero mucho mas culpables algunos que han tenido una posición contra la industria del salmón”.  Y en el caso de Cooke Aquaculture en el Parque Nacional Laguna San Rafael, esta se fue a tribunales y hace declaraciones políticas filudas.

Ahora, en cuanto a que quienes se oponen a la industria del salmón serian culpables del caso Nova Austral ¿De que serian culpables? ¿De denunciar la ocupación ilegal de un parque nacional, degradar esa área protegida, falsificar documentos, todo esto bonificado con nuestros impuestos y a vista y paciencia de quienes son elegidos para, entre otras, fiscalizar que esos hechos deleznables no ocurran? ¿De chantajear con la cesantía de los trabajadores de esa empresa si no los dejan hacer de las suyas y caducarles merecidamente tres concesiones de las veintisiete con que cuentan?

Y en cuanto a autodenunciarse, aparte de centros con sobreproducción, que hay hartos más, por más que les inyecten oxígeno para evitar que se vuelvan anaeróbicos, podrían aprovechar de reconocer y autodenunciar sus demás pecados. Entre estos, el ocupar ilegalmente desde parques nacionales, hasta sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad, pasando por santuarios de la naturaleza y reservas nacionales, sin siquiera realizar los estudios de evaluación de impactos ambientales que les corresponde, afectando seriamente la vida de éstos, contaminándolos con especies exóticas invasivas y matando fauna marina como ballenas y lobos marinos.  Entre estos, además, importar virus, bacterias y dinoflagelados y microalgas exóticos y sus consecuencias, llevando así también al uso indiscriminado de antibióticos y pesticidas sin que siquiera se haya estudiado sus efectos ambientales. También podrían reconocer que quienes dejaron cesantes por su propia irresponsabilidad a 17 a 20 mil trabajadores a causa de la crisis del virus ISA fueron ellos mismos. Y que a causa de ello se les otorgó la increíble franquicia de poder hipotecar sus concesiones del mar de todos los chilenos. Y que usufructúan de petróleo sin impuesto, mientras se impide el transporte de combustible en el litoral patagónico para los pescadores. Y que son una industria con bajísimos estándares de seguridad con una alta tasa de trabajadores muertos. Y finalmente, también pueden autodenunciar que el alimento para sus salmones en gran medida proviene de la devastación de pesquerías de anchoveta, sardinas y jurel que debieran alimentar a bajo precio a los hambrientos, en vez de ser convertidos en pellet de salmón para el consumo de lujo. Y claro, no estaría demás que reconozcan que sus salmoneras anaeróbicas, transporte intensivo, desechos orgánicos y otras de sus actividades, producen gases efecto invernadero, contribuyendo al calentamiento global. Claro, es evidente que en todo esto no son los únicos culpables.

  • Foto de salmonera de Cooke Aquaculture con sobreproducción y que estuvo anaerobica en el Parque Nacional Laguna San Rafael.

 

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