Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

Leo la noticia: “Infravaloración de la Naturaleza es clave en crisis ambiental”; “políticas que marginan los valores no comerciales afectan a comunidades de pueblos originarios y locales, esenciales para la biodiversidad”. Así dice el reporte de un científico chileno publicado en la prestigiosa revista Nature. El científico es nada menos que el Dr. En Ecología y Mg. en Filosofía Ricardo Rozzi, con quien conversamos hace algunos días y luego vimos en un seminario sobre turberas a uno de sus colegas de la U. de Magallanes, sede Puerto Williams, el Dr. microbiólogo Roy Mackenzie.

El tema de las turberas ha vuelto al tapete al estar por definirse el futuro del proyecto “Ley Pompón” en el Congreso. Vale recordar que un grupo de senadores presento hace años un proyecto para salvaguardar las turberas, al pasar a la Cámara de Diputados y con fuerte lobby por parte de organizaciones ciudadanas, principalmente de Chiloé, ahí se le agregaron varios acápites, como la prohibición de la explotación del musgo Sphagnum (pompón) y la prohibición de importación de turba. Costó, pero fue aprobada en la Cámara baja y de ahí volvió al Senado, donde a los senadores no les parecieron los cambios y ¡los rechazaron todos! Con eso, este proyecto paso a Comisión Mixta, la cual ha recibido varias indicaciones y la aparición del ministerio de Medio Ambiente proponiendo vedar la explotación de turberas y permitir la explotación sustentable de pomponeras. O sea, prácticamente volver al DS 25 de explotación del musgo. La verdad es que esto parece una salida medio trucha y que olvida que el pompón es parte de la turbera y crece solo cuatro mm en Aisén y algo mas, más al norte. El argumento es que se trata de pomponales de origen antrópico, causados por quema de bosque y que las turberas son de origen glaciar, natural. Evidentemente, además, a la hora de la verdad nadie fiscalizara si ese musgo, que va ser vendido en Taiwan y Japón, es de pomponal antrópico o no. Argumentos bastante poco científicos por cierto. En todo caso, las turberas no siempre tienen origen glaciar, también hay aquellas de zonas inundadas (aparentemente la de Lago Vargas sería una de ellas) y si bien los pomponales de origen antrópico aun no tienen turba, al paso de los siglos es probable que si la lleguen a tener. Lo que queremos decir, es, que el musgo Sphagnum o pompón es parte de la turbera establecida y de aquella en formación y que ese es un ecosistema con similitudes, importantes servicios ambientales parecidos y biología y hasta de sucesión ecológica parecida. El pompón es parte de la turbera. De hecho, tanto una turbera como un pomponal pueden evolucionar hacia ser bosque climáxico, como cipresales por ejemplo, u otro destino o seguir siendo lo que actualmente son por muchos años más.  Entre los importantes servicios que prestan, están aquellos de reservorio de agua y gases efecto invernadero. En Chiloé y la zona costera de la Región de Los Ríos a causa de la destrucción de turberas/pomponales hay muchas comunidades que se quedan sin agua en verano y deben ser abastecidas con camiones aljibe. Y la importancia de las turberas como reservorio de carbono ya nadie la pone en duda.

La preocupación de las comunidades afectadas sobre este tema se ve reflejada en la adhesión a un reciente comunicado de sobre ciento sesenta organizaciones y  personas se declaran alerta ante la tramitación de la ley.

Ahora, dicen que lo que hace falta es mayor investigación, si bien la hay abundante de turberas del hemisferio norte, ésta parece que no ha sido traducida, ni muy estudiada acá y por otra parte hace falta trabajo e información en terreno, para lo cual hay escaso financiamiento (mientras los exportadores tienen tremendas ganancias y escabullen toda responsabilidad). En todo caso, la Comisión Mixta, nombró una subcomisión científica, lo cual ya es un avance, ya que extrañamente en estas cosas los científicos son los últimos en ser consultados. En esa subcomisión están entre otros, Roy Mackenzie y María Paz Martínez (INIA de Aisén). ¡Les deseamos el mayor de los éxitos!

Otro de los argumentos que se ha esgrimido es aquel de la restauración de turberas, lo cual también esta en tela de juicio, hay intentos que no han resultado y acá hemos sabido que las turberas intervenidas suelen degradarse y ser invadidas por otras especies que no son el Sphagnum. Una posibilidad de “manejo sustentable” seria que quien extrae musgo plante la misma superficie ¡o que en vez del extractivismo y destrucción pasemos al cultivo del pompón!

Lo otro digno de mencionar, es que esto de segregar (en este caso pomponales y turberas) que a fin de cuentas pasa a ser reduccionismo y convertirlos en objetos transables “recursos” y olvidarse de las leyes ecológicas como la interrelación, la finitud y la diversidad, es algo demasiado habitual en nuestra sociedad, inclusive nuestra ciencia y ahí volvemos al titular de la revista Nature del comienzo. Evidentemente, que mientras sigamos pegados en esos paradigmas obsoletos del pasado va a ser difícil que siquiera entendamos lo que sucede en el presente y podamos enfrentar los desafíos del futuro.

 

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