Opinión

De Milagros para el Crecimiento Infinito

 

Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

Parece que vamos a dejar el balance anual para mas adelante, si es que, y seguiremos en esto del hidrógeno verde y otras panaceas para salvar el mundo del crecimiento infinito.

Bueno, como ya hemos explicado hace algún tiempo, una de las leyes de la ecología es que todo es finito. O sea, esto del crecimiento infinito va contra natura y no tiene destino. Igualmente, es todo un tema esto de como enfrentar la crisis del cambio climático y otras asociadas, como la de la biodiversidad. Y en eso hay quienes creen y trabajan en la “fuga hacia adelante”, la que en mucho es una salida de con más de lo mismo. ¡Y rentable para los mismos de siempre! Mientras otros, pensamos que tenemos que cambiar de frentón lo que nos ha llevado a este estado del arte. Al que nos estemos destruyendo a nosotros mismos con nuestra forma de vivir y maltratar nuestro planeta hogar. Y en eso, el derroche energético es parte fundamental.

Como la crisis climática se supone la producen las tecnologías y contaminación de la era industrial del carbón y petróleo, se busca reemplazarlos. El renombrado científico J. Lovelock postulaba a la solución atómica tradicional, esa que hace algunas décadas se pintaba como la solución definitiva y milagrosa. Y claro, al cabo de algunos años nos fuimos percatando que la moneda tenía también su otra cara y que nada es gratuito en este mundo. Y así aprendimos de los accidentes radioactivos como Chernobyl y Fukushima y de que sus desechos se mantienen peligrosos por siglos, aparte de demás riesgos (inclusive fabricación de bombas) y dependencia tecnológica y de recursos escasos. Desde entonces existe investigación sobre la fisión nuclear, en lo que hay varios proyectos de sofisticada tecnología que en varias décadas se han tragado cientos de millones de dólares y que para conseguir más fondos suelen mostrar algún avance y prometen ser la solución definitiva (¡otra vez!). Pero en el fondo, su sofisticación y costo millonario difícilmente será solución. Con el hidrógeno pasa algo parecido, hace muchos años que hay investigación, pero hay hartos problemas a solucionar aún para que sea solución de reemplazo al diesel y gas. Y si ya está en uso, es a un alto costo y porque  la poderosa industria de motores a combustión se juega la vida en ello.

Entonces, el que este de moda la fisión y el hidrógeno con ayuda del periodismo de marketing y los tengan convertidos en el milagro que nos salvaría de las crisis, como utopía es re lindo y a los humanos nos gustan los cuentos que nos den esperanzas, pero por desgracia no es muy real.  Y eso, porque existen las leyes de la física, entre ellas, las de la termodinámica. Y por otra parte, que para contar con las instalaciones para producirlos y el transporte para estas novedades se requiere mucha energía convencional. Aparte que la crisis climática es ahora y no para cuando posiblemente esas tecnologías puedan llegar a ser, tal vez, viables.

Como botón de muestra simbólico, vale fijarse en el show de los primeros litros de combustible sintético que le pusieron al elegante Porsche 911 en la planta de hidrógeno HIV en Cabo Negro, Magallanes. Esa planta piloto en que participa, junto a Siemens, ExxonMobil, Enel, Enap y Gasco, la industria automotriz alemana Porsche, funciona a partir de energía eólica para la electrólisis de agua desalada, en eso se pierde ya 50% o más de la energía producida y luego se transforma ese hidrogeno en amoniaco y combustible sintético, más fáciles de manipular que el hidrógeno. En eso se debe invertir nuevamente energía, o sea, al final ese litro de combustible sale a un alto costo. Claro, a alguien que tiene los medios como para comprarse un Porsche tal vez no le importe demasiado, pero ¿es esa una solución para todos los demás? De hecho, el Porsche ese se fue de ahí arriba de un camión a diesel. Y esto sin hablar de los impactos ambientales y sociales, que los hay.  Esos en que esas empresas transnacionales esperan facilidades nuestras. Y eso ya lo están reclamando.

Y no es que estemos acá propiciando el milagro de la industria automotriz eléctrica con baterías de litio. Si bien reconocemos que un motor eléctrico es más sencillo que uno a combustión y por lo tanto más accesible como tecnología. De hecho, en Argentina y Bolivia están fabricando vehículos de esos, el tema de las baterías también tiene sus inconvenientes y los pueblos originarios del Altiplano están advirtiendo sobre el impacto en sus recursos hídricos. Además, el litio tampoco es infinito y hay quienes advierten que este boom durara poco. Y claro, en esto también hay mucha energía convencional sucia involucrada y habrá que ver con que se cargan y quien fabrica esas baterías.

Finalmente, esto de mantenernos ilusionados con soluciones milagrosas, en lo cual admitimos también somos proclives, tiene un efecto pernicioso en la prevención y tomar medidas urgentes contra el cambio climático y solo logra mantener el sistema tal como esta y en manos del poder de quienes nos condujeron a esto.

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