Opinión

Empleos Salmoneros, una Cuestión de Sustentabilidad y Ética

Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

Hace unos días Greenpeace lanzo una campaña con rostros de personajes adhiriendo a la Patagonia sin Salmoneras, y la respuesta en redes sociales fue bastante contundente en cuanto a que no se toquen empleos. La verdad es que ni nos fijamos quienes eran esas personalidades, que por lo demás deben ser ejemplo de tener con su esfuerzo un buen trabajo que los hace conocidos. Y lo de los empleos es tema recurrente. De hecho, es lo primero a que recurren todos los empleadores que cometen infracciones, atropellos e ilegalidades. De hecho, recuerdo cuando en el MINVU le enrostrábamos a PescaChile que estaban instalados sobre una calle, bien público, sin siquiera pagar concesión municipal, esto en Puerto Chacabuco, (sospecho aun lo están) y la respuesta fue, “bueno, si nos cobran, entonces cerramos y dejamos cesantes a unas mil personas”. Y no fue la única vez que nos paso algo por el estilo.

Estábamos justamente pensando en eso de los empleos salmoneros, cuando vimos la notable intervención del biólogo y periodista argentino, Sergio Federovisky “ Para cuidar el ambiente, la conciencia no alcanza” (en youtube) y nos percatamos que ese argumento, el falsear información engañarnos con mitos y chantajear, no solo es patrimonio de los salmoneros. También en eso están otras industrias, como los agroquímicos y las petroleras. Estos últimos, famosos por conocer desde hace décadas la verdad del cambio climático y no solo ocultarla, sino que negarla, falseando y manipulando información. Igual, la industria de los agroquímicos, que nos tiene convencidos que sin ellos nos quedamos sin cultivos. Eso, mientras entre petroleras, industria de maquinaria y agroquímicos son responsables no solo de la mayor parte de los gases efecto invernadero, sino también de la destrucción de buena parte de los suelos agrícolas del planeta. A estos podemos sumar a las mineras, que también suelen recurrir al chantaje de los empleos, cuando solo dan el 1,5% del empleo nacional, mientras dejan tras si tremendos agujeros y escasa reinversión para absorber los cesantes para cuando se acabe la veta. Y claro, hay otros suma y sigue. Y entre todos esos “casualmente” nos tienen en la emergencia climática y de biodiversidad. ¿Tenernos en tamaña crisis vale esos empleos? ¿Es esto, “el empleo o la vida”? Aquí vale recordar que la mayor cantidad de empleo o trabajo en la economía mundial la dan los pequeños y medianos emprendimientos y no los grandotes.

Esta claro que toda esta industria da empleo, pero: ¿a que costo? Y esa, por lo demás, es una pregunta de sustentabilidad, no solo ambiental. Y también es una pregunta ética ¿Todo vale para   tener empleo? Porque vale recordar que la industria bélica y la guerra dan empleo, también el tráfico de blancas y de especies prohibidas y el narcotráfico. En el caso de las salmoneras ¿es válido transar hasta parques nacionales por unos empleos? Porque esto de usufructuar gratuitamente y hasta hipotecar el mar nacional y otros bienes comunes, inclusive áreas protegidas, para dar empleo (inclusive sueldazos de una camarilla) y por supuesto que jamás para las ganancias de las empresas (jaj), es una cosa , y otra es que más encima lo contaminen todo y deterioren ecosistemas vírgenes, al punto de hacer desaparecer 75% de su biodiversidad. Y a ver si a cambio de esos sueldos se hacen cargo de las FANs, masacre de lobos marinos y otra fauna y cementerios de ballenas. Y claro, habría que ver si ese sueldo vale la muerte, como la de los buzos que ahí laboran. Y a ver si esos empleos son dignos.

Otro ejemplo de chantajear con empleos fue aquel de unos meses atrás, de senadores que sostenían que la extracción de musgo Sphagnum o pompón generaba 10 mil o mas empleos, cuando los cosechadores autorizados son 1.153. O sea, además, los empleos se inflan a conveniencia.

En todo caso, no es que nos opongamos a que se den y existan buenos empleos, y menos aún nos interesa dejar desempleados a quienes laboran ahí, el tema es que esos empleos sean éticos, sustentables y sin abusar del patrimonio natural nacional y de esos empleados. O sea, al menos, afuerita de áreas protegidas y sin hipotecar el mar chileno.

Y si salir de áreas protegidas significa perder empleo, pues, pueden recuperarlos agregando valor, ocupando las concesiones que tienen ociosas fuera de áreas protegidas e irse a tierra y con eso recuperar empleo y crecer, lo que tanto les gusta.

En lo demás, vale recordar que esa industria también destruye trabajo y empleo, como son la pesca artesanal y el turismo. Y vaya a saber si en aplicación farmacéutica y otros efectos indirectos aún  no estudiados. ¿Alguien habrá calculado estas pérdidas de empleo?

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