Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

A nuestra columna anterior se le desapareció  la segunda parte en extrañas circunstancias y recién vinimos a encontrarla al intentar escribir aquella de esta semana.  Bueno, aprovechamos de publicarla y añadir algunos alcances y novedades.

Ante lo escrito la semana pasada sobre amenazas e incongruencias respecto al agua, la que en Aisén Reserva de Vida es abundante y de la mejor calidad, aunque algunos humanos hacen lo posible por alterar esas virtudes, nos preguntábamos: ¿Que hacer?  Pues, impulsar cambios en nuestra forma de ser, en las políticas y Constitución, olvidarnos de los mitos con que nos tienen condicionados y ante todo, en nuestra cultura. ¡Gran desafío! Eso, para respetar las leyes naturales, integrarnos como una especie mas a ser parte del todo y a cuidar la creación.

En el segundo evento paralelo a la Cumbre del Agua organizado por nuestros amigos de CODESA, el martes pasado, se relevó que la institucionalidad es deficiente y de ahi la importancia de la acción de la sociedad civil. Se mostro el nuevo colonialismo y subdesarrollo “extractivista verde”, la desconsideración hacia las comunidades afectadas, poniendo en duda la democracia y llevando a nuevos movimientos hidrosociales. Se acusó al Código de Aguas del 80 de expropiatorio, llevando a un conflicto permanente y luego, a la resistencia al cambio de los sectores privilegiados. Sin embargo, tras once años de trámite en el Congreso, finalmente se logró modificar ese Código hacia uno donde el agua se considera un derecho humano, se vela por la subsistencia de los ecosistemas, no se otorgará derechos en áreas protegidas, no habrá derechos sobre glaciares, se debe informar las aguas halladas, no se podrá extraer  agua desde acuíferos, vegas, pajonales y humedales, habrá catastro público de aguas, se extinguirán derechos sin uso, habrá planes estratégicos de cuencas y un fondo de investigación, innovación y educación en recursos hídricos. Para que todo eso ocurra, es necesario que el gobierno promulgue el o los respectivos reglamentos. Finalmente, se debatió sobre protección de ríos y cuencas y que significa el uso sustentable de un río y el agua. Vale además dar a conocer la dirección de la Red de Ríos Libres: redrioslibres@gmail.com y que los dos eventos a que aludimos se encuentran revisables en el facebook de CODESA.

Y luego de toda esa actividad por el agua en la ONU, nos percatamos que se nos quedaron en el tintero dos temas no menores: las turberas / pomponales (el que fue recordado a la ministra M. Rojas por nuestros amigos allá presentes) y el del asbesto y flúor en el agua potable. En ambos la institucionalidad, el gobierno y los parlamentarios han tenido un rol zigzagueante o casi ausente.

Vale recordar que el proyecto de ley de protección de turberas y pomponales originado en el Senado tuvo algunos cambios en la Cámara de Diputados .El principal, es que se prohíbe la extracción de turba y pompón a causa de su importancia como reservorio de agua y de gases efecto invernadero,  por lo que tras ser aprobado, volvió al Senado. Ahí por unanimidad, vale recordar hay senadores con amplia difusión propalando el mito que los extractores de pompón serían sobre 10.000, cuando según información oficial hay 1.153 autorizados, no les parecieron bien esos cambios y el proyecto se fue a Comisión Mixta. Extrañamente el ministerio de Medio Ambiente no entrego indicaciones y la ministra dice que las van a entregar a la Comisión Mixta. El permitir que se continúe destruyendo turberas y pomponales, es ser cómplices con la acuciante falta de agua en Chiloé y otros sectores del sur de Chile, donde hay muchas comunidades que se abastecen de esos reservorios, abastecimiento que debe ser reemplazado por camiones aljibe (otro lucrativo negocio). Y su destrucción también incide en la perdida de reservorios de gases efecto invernadero, en lo cual nuestro país se ufana en tribunas internacionales de no permitir su destrucción. En la práctica, el “manejo sustentable” y control  sobre planes de manejo de este “recurso” no renovable por su lento crecimiento, es un chiste. Otro de los doble estándar típicos chilenos.

En el tema del asbesto en el agua potable, es notable como la institucionalidad se hace la desentendida, siendo que es algo grave, gravísimo, que afecta a la salud humana y solucionable. ¿Qué tan terrible es reemplazar matrices de asbesto por otras sin riesgo de cáncer? ¿Es que ese reemplazo será por pedazos, cada vez que se rompa un tubo porque ya no da más? En cuanto al fluor, así como hay algún estudio que respalda su uso (no olvidar es un lucrativo negocio), también hay decenas que demuestran lo contrario (afecta al cerebro). Resulta que usan el fluor a destajo cuando ni siquiera hay línea base sobre si el agua potable a la que se añade fluor, ya lo tiene, eso por existir este en suelos volcánicos, como se demostró en Concepción donde su universidad  tomó cartas en el asunto.

 

 

 

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