Como es sabido, hace poco fue aprobado el proyecto de ley para la protección del pompón y turberas por la Cámara de Diputados, la cual modifico la versión proveniente del Senado y por lo tanto debe volver a éste para su revisión. De ahí esta la posibilidad que pase a Comisión Mixta. Este proyecto de ley viene a reunir nuevamente al ecosistema de turbera -pomponal, el cual se le había separado legalmente por capas y pretende parar la masacre de éstos y que esta dejando sin agua a varias comunidades de Chiloé y sur de Chile. Y no hace mucho, se descubrió la tremenda importancia de este ecosistema para la biodiversidad y el cambio climático que los ha vuelto poco menos que en objeto sagrado. Vale recordar además, que este proyecto de ley esta siendo impulsado y respaldado por 170 organizaciones de la sociedad civil de las regiones de Los Lagos, Aisén y Magallanes, mas otras cientos de Chiloé.

Esa aprobación por cierto no paso desapercibida para quienes están en el negocio extractivista del musgo Sphagnum, un negocio poco transparente y del cual se inventan cifras de empleos, pero la verdad es que estas oficialmente no existen.

De los antecedentes conocidos, (investigación de C. Gómez y J. Salinas) se sabe que acá en la región por el saco de musgo húmedo se pagan 1500 a 2000 pesos al extractor, luego el intermediario los vende a 4000 a 5000 pesos por saco, y finalmente, se vende de 4,21 dólares el kilogramo seco en China a 6,87 en Japón. En el 2019 se exportaron 4.615 toneladas de musgo a 21 millones de dólares. Los principales lugares de cosecha en Aisén son el sector Lago Vargas a Tortel, la Laguna Pedro Aguirre Cerda y cercanías de Puerto Aisén y la cosecha se realiza principalmente por personas foráneas. Mientras tanto, en Chiloé se paga 1800 pesos el saco húmedo y 3500 aquel de musgo seco.  Acerca de cuantos son los extractores en total nacional, en los últimos días se mencionaron cifras que van de 3.000 a 10.000, sin embargo, las únicas cifras oficiales conocidas son que en el año 2020 a nivel nacional, según el SAG, hubo 50 planes de cosecha aprobados y algo mas de 900 personas certificadas. Por supuesto, es más desconocido aún, de cuantos cosechadores ilegales puedan haber. O sea, en este millonario negocio reina la informalidad, la falta de información, los mitos y poco o nada se sabe de quienes mueven los hilos quedándose con los dólares de la exportación. De hecho, tenían muy buena llegada con el gobierno anterior y con mas de algún político y actualmente han montado una campaña bastante contundente tratando de torpedear esa “ley Pompon” o al menos de  mutilarla. En lo demás, vale hacer presente que esto de la extracción y exportación del musgo Sphagnum es el típico extractivismo donde se depreda y destruye un ecosistema, sin invertir, sin cultivar y sin agregar valor; pan para hoy hambre para mañana.

Por parte del gobierno, el que se comprometió a contrarrestar el cambio climático, en lo cual las turberas y pomponales juegan un rol crucial, no se sabe que posición tiene. En todo caso, en este tema como en otros del mismo tipo, se va a hacer necesaria su intervención con una transición justa y reconversión y capacitación de los campesinos afectados. Y la verdad es que alternativas las hay, para la restauración y plantación de pompón, para plantar árboles o dedicarse a la agroecología. Esto de paso es una reconversión desde el extractivismo hacia una economía mas sustentable, que harta falta nos hace en este país de cultura minera.  Y aquí, en el enfrentamiento  al cambio climático, es la economía la que deberá adaptarse, no al revés como suele ser. Todo un desafío. Y eso mas vale que sea pronto.

Finalmente, vale confesar que nosotros comenzamos a aprender de la importancia de las turberas – pomponales cuando HidroAysén ofreció en compensación de aquellas que iba a inundar, un área de conservación con turberas en el predio usurpado a la familia Alvarado en el Pascua. Mientras, en el proyecto Río Cuervo estaba en juego una gran superficie de humedales que según la empresa emitían metano (por lo que inundarlos, según ellos, habría sido positivo) y que resultaron ser en su mayor parte unas hermosas y valiosas turberas reservorio de carbono necesarias de ser conservadas.

Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida

Compartir: