Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

El sábado pasado se estreno en Coyhaique el documental “Wild Life”. Eso, tras aquellos exitosos en EEUU, Santiago, Puerto Varas y Chaitén; lugares que evidentemente no son casuales.

Este film de National Geographic, dirigido por los ganadores del Oscar a documental (Free Solo), el montañista Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelyi, viene produciéndose desde el 2017 y a fines de mayo estará disponible al público en la plataforma de Disney.

El estreno en la Casa de la Cultura de Coyhaique estuvo repleto, algo no muy frecuente, muchas caras desconocidas y uno se pregunta como tanta gente y porque estaban ahí. Y la verdad es que da envidia (¿dónde estarán a la hora de no ser solo espectadores?). Y uno además se pregunta como lograron esa convocatoria, ya que no vimos mucha difusión. Y eso de Wild Life hay que traducirlo a Vida Salvaje, la de Chris y Doug Tompkins salvando vida salvaje.

En cuanto al documental, este es el entretejido de las historias de Doug y Chris Tompkins como, jóvenes deportistas atípicos y rebeldes viviendo la vida a todo dar, exitosos y luego defraudados empresarios (algo medio telenovela de vida salvaje gringa), contado por sus amistades, y de cómo llegaron a dedicarse a crear varios parques nacionales para saldar su pasaje de vivir sobre este planeta, salvando algo de su vida salvaje demostradamente amenazada por un modelo de desarrollo cada vez más voraz. Además, se entreteje la ascensión de ese grupo de amigos con Chris (todos ya de tercera edad) al cerro más alto del Parque Patagonia en recuerdo a Doug, con quien habían hecho la primera ascensión unos años antes. En todo esto, se usan algunos filmes y documentación antiguos, como aquella del viaje de Doug, Yvon Chouinard y otros a hacer la apertura de la “vía Californiana” del Fitz Roy (Chaltén) y se relata algunas de las peripecias de las décadas en que estuvieron trabajando por sus proyectos(nos consta trabajaban duro). También está la descripción del naufragio en kayac en el lago General Carrera, el que le costó la vida a Doug y varias visitas al cementerio de Valle Chacabuco donde esta enterrado.

En lo personal, encontré buena y muy bien hecha la película y me alegra que se haya realizado. Es de alguna forma un homenaje a Doug y Chris, que se lo merecen. Además, la encontré muy emotiva y me broto más de una lágrima. Por eso también, me quede un tanto “hacia adentro” mas que estar de ánimo festivo como parte de los espectadores. Y era que no, en mucho de lo que muestra ese film fuimos testigos directos y actores terciarios. No en vano, nos conocimos con Doug a principio de los 90s en la construcción de la sede de su fundación en Puerto Montt y la construcción de su casa en Reñihue, mientras alojábamos en las “Hobbits”. Tuvimos además varios viajes juntos en su avioneta (en uno de ellos, con el Padre Ronchi de pasajero, nos salvamos por poco de estrellarnos). Esos sobrevuelos Doug los disfrutaba a concho, admirando la vista a las paredes rocosas y hermosura de la montaña patagonica. En esos años apareció Chris en la escena local y ya con ella a la cabeza de la iniciativa, nos toco ver como se comenzaba a armar el ahora Parque Patagonia. También fuimos testigos del dolor que les causaba la mala leche de las “fakes” y jugarretas políticas de aquel entonces, que no hicieron asco de inventarles las historias más increíbles. Y eso aun tiene secuelas, por ejemplo, cuando por poco logran anular el Parque Patagonia (al que finalmente le sacaron un pedazo) y en la guerra que están dando los salmoneros contra el Parque Kawésqar.  La verdad es que a estas alturas ya da vergüenza ajena el pequeñismo y lo siniestro de buena parte de nuestros políticos y empresarios. Típicos lideres de país de cultura minera (tal vez peor a bananero) reacio a la filantropía ambiental y a algo diferente al extractivismo. Entre esos testimonios, estábamos presentes cuando les comunicaron que los ministros de Frei R.T, Ortega y B. Velasco habían logrado parar la venta del fundo Huinay de la U. Católica de Valparaíso, la pieza del puzzle que faltaba al Parque Pumalín. Eso, mientras se consiguieron que en cambio ¡lo comprase ENDESA!  (un tanto corrupta la maniobra además). ¡Fue un trago harto amargo! Y en fin, estábamos en el hospital de Coyhaique, ese fatídico día cuando Doug falleció ahí. Ese día, nos consta que Chris se quería morir también.

Vale agregar, que en todos esos años tuvimos varias conversaciones e importante aprendizaje por nuestra parte. Uno de ellos y tal vez el principal, el de la belleza. Y también, y eso no sale en la película, Chris y Doug fueron importantes en la campaña Patagonia sin Represas. Es más, Doug era el blanco favorito de HidroAysén, cosa que a esas alturas, ya curtido y habiendo aprendido como funcionan las cosas por acá, ya ni le hacía mella. Al contrario, aprovechaba la tribuna que le abrían para tirar sus mensajes. La verdad es que le gustaba la controversia y decir las cosas por su nombre, mientras Chris era mas diplomática para sus cosas.

A modo de moraleja de esa película, a nuestro entender, queda la pregunta: ¿Y que hacemos nosotros para pagar nuestro pasaje de vivir en este planeta?

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