Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

Aquí estamos en feriados irrenunciables y Fiestas Patrias escribiendo esta columna. Para algunos no existen estos feriados y la verdad es que nos parece que lo mejor que podemos hacer en estos días es justamente defender la patria. ¿Que mejor tarea patriótica que defender los bienes comunes, lo que es de todos los chilenos, el patrimonio natural nacional planetario y su biodiversidad?

En eso hemos estado en estos días de “Mes de la Patria”, en los que hemos entregado una presentación a la Superintendencia de Medio Ambiente, SMA, y estamos por presentar otra a la Contraloría, a causa de la anoxia del fiordo y Santuario de la Naturaleza de Quitralco. Esto de la anoxia (ausencia de oxígeno) es causada ahí por factores naturales (fiordo y surgencias termales) y antrópicos (ocho salmoneras de la noruega MOWI) y lleva a la muerte de los organismos vivos. De hecho, los oceanógrafos recomiendan no instalar salmoneras en esos lugares con poco recambio de agua y aporte de oxígeno.  Estas salmoneras ubicadas en un área protegida suelen estar anaeróbicas y así y todo hay tres a las que se le ha permitido ampliar su producción en forma muy cuestionable y sin participación ciudadana. También muestran esos centros otros problemas típicos de sobrepoblación y sobreproducción, como Caligidosis y enfermedades. En síntesis, todo indica que esas salmoneras debieran salir de ahí, incluso por conveniencia de la propia empresa. En todo caso, no es la primera vez que hacemos presentaciones a la Contraloría, a la SMA, a la Gobernación Marítima que la derivó a la Subsecretaria de FFAA y una Acción Ambiental a la Municipalidad de Aisén que la derivó al Consejo de Defensa del Estado, sin mayor respuesta ni resultado. Como se ha concluido en las auditorias de estos últimos años de la propia Contraloría, la institucionalidad nacional como que ahí olvida su labor patriótica y deriva ante el Estado Salmonero.

Lo mismo se podría decir respecto a las 407 concesiones salmoneras con causales de caducidad por nunca haber entrado en operaciones o llevar más de dos años sin producir, mientras la industria y sus compinches rasgan vestiduras, lloran y patalean porque el ministerio del Medio Ambiente les quiere sacar (caducar concesiones) de las áreas protegidas, un proceso lento y necesario. Justamente, para conservar el mar y áreas protegidas, bienes  nacionales, que se han privatizado, tomado, hipotecado,  expropiado,  como quieran llamarlo y están alterando, destruyendo, patrimonio natural prácticamente desconocido. Una irresponsabilidad nacional y antipatriótica a todas luces.  En todo caso, esas 407 concesiones con causal de caducidad son prácticamente un tercio de las concesiones otorgadas a la industria. ¡O sea, esto indica que tienen concesiones de sobra!

Finalmente, estamos haciéndonos parte junto a CODESA y las comunidades Williches Pu Wapi y Antünen Raín, con la asesoría legal de la ONG FIMA, del procedimiento sancionatorio que lleva adelante desde el 2018 la Superintendencia del Medio Ambiente a la salmonera canadiense Cooke Aquaculture, por sus centros Huillines 2 y 3 ubicados en el mar del Parque Nacional Laguna San Rafael. En eso, también vimos que se están haciendo parte Greenpeace y TERRAM y no se admitió la solicitud de Salmon Chile. Vale recordar que ese procedimiento es a causa de ampliar producción sin evaluación ambiental (sobreproducción) en más de 6.000 tons, basural, encontrarse un tercio de las instalaciones fuera de su concesión, ausencia de plan de contingencia de combustibles y otros. Según nuestros antecedentes, además, han estado anaeróbicas, con caligidosis (uso de pesticidas) y con enfermedades (uso de antibióticos). Se suma que las concesiones de los centros Huillines 1 y 4 estarían con causal de caducidad. ¡Todo eso en un parque nacional! La empresa ha estado defendiéndose con todo ya por varios meses llegando hasta la Corte Suprema sin logros; por lo visto recursos no le faltan. En eso argumentan abusos por parte de la SMA, persecución política y ¡que no están en el parque y que la cantidad autorizada de producción máxima en realidad es la mínima! En esto último presentaron tres “testigos” (que trabajan o trabajaron para la empresa), dos ex funcionarios de la Subsecretaria de Pesca (puerta rotatoria) que interpretan la historia legal argumentando que la cantidad de toneladas máximas que figuran en la autorización de la salmonera es cantidad mínima y un ingeniero contratista que interpreta los deslindes del parque nacional a su regalado antojo. Esto último, nos recordó al deslinde del mismo parque en El Saltón del Baker donde un levantamiento topográfico mandado a hacer por HidroAysén termino por confirmar que ese sector, donde el entonces Director de CONAF afirmaba estaba fuera y Bienes Nacionales había dicho que estaba dentro, pero después se quedó calladito ¡efectivamente estaba al interior del parque! Y la verdad es que la cartografía entonces era poco clara y en su última versión en El Saltón, lo sigue siendo ¡Pero no ocurre lo mismo en el sector Huillines! Aparte que ese parque y sus alrededores también están declarados Reserva Mundial de la Biósfera por UNESCO, por lo cual, las demás concesiones de Cooke en el estuario de Cupquelán se encuentran en zona de amortiguamiento: o sea, ahí tampoco debieran estar. La verdad es que no entendemos como la industria insiste en defender lo indefendible en vez de en un gesto de buena voluntad, abandonar los parques nacionales desde donde, tarde o temprano tendrán que salir igual. Menos aún entendemos la actitud poco patriótica de quienes por acción u omisión apoyan la ocupación ilegal del patrimonio nacional.

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