Opinión

El Turismo y la Ley del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas

Peter Hartmann, Director CODEFF Aisén, Presidente Agrupación Aisén Reserva de Vida.

El viernes pasado participamos en el Seminario “Ley Servicio de Biodiversidad y Áreas Silvestres Protegida, Turismo y Áreas Protegidas”, organizado y con exposiciones de la Federación de Gremios Turísticos de Aisén, el Gobierno Regional, Ministerio de Medio Ambiente, SERNATUR y CONAF. Una ocasión importante para ir aprendiendo de cómo se implementará la nueva ley, un proceso que tomará varios años. Esto, debido a que de por medio se debe dictar varios Decretos Ley de reglamentos y traspasar funciones desde la Corporación Nacional Forestal al nuevo servicio público, en eso hay mucho reglamento organizativo interno. Todo lo cual tiene sus complejidades.

Y como en toda transición, en ella “se aparecen los monstruos”, se producen vacíos, malentendidos, ajustes a nuevas circunstancias, muchas interrogantes, aprovechamiento político y presiones desde intereses particulares. Es cosa de ver como la industria salmonera y sus dirigentes sindicales pescadores y políticos afines han estado buscándole las cinco patas y provocando barullo. En este seminario, “corral ajeno”, también lo intentaron.

En este caso, eran los prestadores turísticos regionales que operan en áreas protegidas los preocupados y necesitados de saber con que nueva realidad se encontrarán; de hecho, ya se habían producido algunos problemas con CONAF, que sigue a cargo de esas áreas hasta el final de la transición. Y de CONAF, que asume que debe cumplir la ley en esta transición, la principal queja  y justificación que se escuchó, fue por la baja inversión y escasos medios con que se ha contado históricamente, tema que recién fue parcialmente subsanado al final de la tramitación de la ley para el nuevo servicio. En todo caso, hubo quienes advirtieron de que para mayor inversión, especialmente en infraestructura, tema recurrente en el sector turismo, había que presionar a los parlamentarios para mejorar el presupuesto respectivo. Parlamentarios, que por lo demás, en los once años que demoró el trámite de esta ley, poco y nada fue lo que compartieron, explicaron y democratizaron la información, y esa es una de las causas de la actual incertidumbre. De hecho, vimos que hay actualmente una profusión de seminarios para intentar entender la nueva ley y sus consecuencias.

Vale recordar que ese proyecto ley fue tramitado bajo la presión de lobby y aportes del sindicato de profesionales de CONAF, algunas organizaciones de la sociedad civil y ecologistas y la industria afectada, principalmente los salmoneros. Aparentemente, los gremios turísticos no se involucraron y ahora intentan recuperar terreno.

En todo caso, vale advertir que en ese seminario, con rápidas explicaciones sobre complejas y extensas materias y a pesar de responderse algunas preguntas, siguen quedando hartas interrogantes y temas por tratar. Y dialogando y buena voluntad se va avanzando, como quedo en claro en esta ocasión. De hecho, tal vez el principal es aquel de que en la nueva clasificación de áreas protegidas (que la verdad es que viene de la Convención de Washington) no permite actividades comerciales (¿industriales?, ¿o hasta el servicio de algún guía turístico lugareño?) en los parques nacionales, lo cual da para interpretaciones. Y en la segunda categoría, solo permite actividades sustentables y que no pongan en riesgo los ecosistemas (de ahí que a los salmoneros no les guste, por más que se pinten de sustentables – que no lo son). Entre otros temas que darán para debate, son los planes de manejo, las concesiones, el financiamiento. Por desgracia, la tendencia estatal es a complejizar las condicionantes y tramites con lo cual terminan dejando acceder solo a los grandes que pueden contratar especialistas.  En esto vale tener cuidado y estar atento al lobby y movidas de las grandes empresas (industria del turismo) algo que los operadores regionales difícilmente pueden hacer. De hecho, al final de la tramitación de la ley en el Congreso, hubo una propuesta para explícitamente permitir usos por parte de lugareños sustentables, lo cual los parlamentarios de la Comisión Mixta, ante el lobby industrial (que sacaron a sus trabajadores a la calle), desecharon.

Por nuestra parte, como organizaciones ambientales, debemos insistir en que las áreas silvestres protegidas cumplen una importante función, más aún ante la triple crisis ambiental y que es la de resguardar la biodiversidad y mantener ecosistemas sin intervenir, por lo cual hay que tener mucho cuidado con los usos que se le den a estas áreas, evitar en lo posible la infraestructura e impactos y la contaminación en ellas. De hecho, ya hace años ha quedado claro que la infraestructura hotelera debe quedar en los poblados aledaños y en lo posible evitar caminos y líneas eléctricas que fraccionen las áreas. También se ha aprendido, que la biología y conservación post moderna se hace en trabajo conjunto con las comunidades y usuarios. Es más, pensamos que algunos parques nacionales, aparte de la imperiosa necesidad de su protección efectiva, ameritan acciones de regeneración y nos preocupa la actual parcelación en sus deslindes, la que conspira contra su integridad y los corredores de biodiversidad.

Finalmente, en cuanto a lo importante y valioso de la vida y bellezas de parques nacionales regionales ¡que hermoso fue el mensaje de los magníficos documentales que mostro al final del seminario Rene Araneda!

Capítulo aparte de este seminario, fue la entrega del premio de la Organización Mundial para el Turismo “Best Tourism Villages 2023” a Caleta Tortel en manos de su Alcalde. La verdad es que para nosotros también fue emocionante y con su significado especial.

 

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